Jyoti (su nombre ha sido cambiado para este artículo) es una niña que vive en Nongstoin, en el distrito de West Khasi Hills, en el estado de Meghalaya (India). A pesar de su ceguera en un ojo, tiene un espíritu decidido y le apasiona aprender. Sin embargo, la pobreza de su familia le dificultó la escolarización y le dejó un futuro incierto.
Jyoti nació en una familia numerosa de seis hermanos y cuatro hermanas. Sus padres eran jornaleros y con frecuencia tenían dificultades para llegar a fin de mes, ya que no siempre había trabajo. A pesar de las dificultades económicas, todos los hermanos de Jyoti pudieron ir a la escuela y recibir educación. Sin embargo, Jyoti no fue tan afortunada. Debido a la extrema pobreza de su familia, no pudieron pagarle la matrícula y se vio obligada a quedarse en casa. A pesar de las dificultades, Jyoti seguía decidida a recibir una educación y mejorar sus perspectivas de futuro.
La historia de Jyoti dio un giro cuando intervinieron las Hermanas de la Caridad de Nazaret. Sor Dolsie D’ Mello, en particular, vio el potencial de Jyoti y trabajó incansablemente para conseguirle una plaza en la escuela parroquial. Con la ayuda de generosos donantes, Jyoti pudo pagar la matrícula y por fin tuvo la oportunidad de cursar sus estudios.
Cuando se integró en la nueva escuela, Jyoti demostró su entusiasmo por el aprendizaje. Trabajó duro y sobresalió en sus estudios, demostrando que su ceguera no era un obstáculo, sino una fuente de determinación. El éxito de Jyoti fue un testimonio del poder de la comunidad y del impacto que el amor y el apoyo pueden tener en la vida de un niño.
Shyamala y su marido han decidido unirse a las Hermanas de la Caridad de Nazaret para ayudar a Jyoti. Shyamala, antigua alumna de la Escuela de Enseñanza de San Vicente con las Hermanas, ha desarrollado un profundo sentido de la compasión a través de sus experiencias vividas en la escuela. Sor Rena Fernandes se mantiene regularmente en contacto con Shyamala, a la que describe como «generosa, amable y llena de amor por los pobres».
El futuro de Jyoti es ahora más prometedor que antes, y se ha convertido en una inspiración para sus compañeros y su familia. Es un magnífico ejemplo de cómo una comunidad construida en torno al amor mutuo puede ayudar a llevar la alegría a los corazones de muchos, incluso en las circunstancias más difíciles. Es una inspiración y su futuro está lleno de esperanza y oportunidades.
Fuente: https://nazareth.org/
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