En este tiempo, cuando nos preparamos para el nacimiento de Cristo, me acuerdo de la conversación de Jesús con Nicodemo. Nicodemo estaba confuso cuando Jesús le dijo que tenía que nacer de nuevo (Juan 3). Tomó a Jesús al pie de la letra.

Pero hay veces que, hoy en día, también hay quien se encuentra igual de confundido y toma literalmente las palabras cuando escuchan que debemos imitar a Cristo.

¿Qué significa «imitar a Cristo»?

La respuesta puede ir desde una crucifixión literal, pasando por el legalismo, hasta «revestirse de la mente de Cristo».

Formas en que la gente trata de imitar a Cristo hoy

Algunas personas piensan que imitar a Cristo consiste en una crucifixión literal

La crucifixión en Filipinas es una práctica devocional que se celebra cada Viernes Santo como parte de la observancia local de la Semana Santa. Los devotos se crucifican voluntariamente para imitar el sufrimiento y la muerte de Jesucristo. Las prácticas asociadas incluyen llevar cruces de madera, arrastrarse por el pavimento rugoso y la autoflagelación (estas costumbres están muy desaconsejadas por la Iglesia católica de Filipinas, que las considera expresiones fanáticas y supersticiosas).

Otros piensan que se trata de «hacer las cosas bien».

En realidad, esto no está muy alejado de la forma en que muchos del pueblo elegido llegaron a malinterpretar los mandamientos que Dios dio a Moisés en el monte Sinaí. A lo largo de los siglos, entre la entrega de la Ley y el tiempo de Cristo, se estableció un legalismo. Los diez mandamientos se multiplicaron hasta convertirse en 612 leyes, por no hablar de los innumerables comentarios.

Para los fariseos, ser bueno consistía en «hacer las cosas bien». Y hacerlo bien significaba cumplir estrictamente las leyes, especialmente las relativas a la dieta y los sacrificios. Se perdieron en los detalles de la ley. Los 10 mandamientos de alguna manera se expandieron a más de 600.

Conocemos la actitud de Jesús hacia los fariseos. Ver Mateo 15 y Marcos 7.

Los enfoques anteriores de imitar a Cristo para ganarse el favor a los ojos de Dios equivocan el sentido.

Lo que Vicente hizo bien y por qué lo hizo bien

Hace siglos un poeta japonés, Basho, observó: «No deseo imitar lo que hicieron los grandes del pasado. Prefiero buscar lo que ellos buscaron».

San Vicente buscó lo que Jesús buscó… ¡llevar buenas noticias a los pobres!

Vicente creía que llevar la buena noticia a los pobres no consistía simplemente en proclamar las verdades de la fe. Creía que era actuar como actuó Jesús, haciendo visibles los signos anunciados por los profetas. Sí, dramáticamente, los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios. Y lo que es más importante, a los pobres se les proclama la buena nueva del cariño de Dios (Lucas 4,18).

¿Por qué? Vicente no pareció tomarse en serio las Escrituras hasta pasados sus 30 años. Se dejó influir y guiar por la historia de Jesucristo… y las historias que contaba. Vicente se vio a sí mismo en las historias de las escrituras. Intentaba hacer lo que creía que Cristo haría si hubiera afrontado las situaciones a las que él se enfrentaba.

Por ejemplo, se fijó en el tipo de gente con la que Jesús se relacionaba:

• ‘los inmorales’ (prostitutas y pecadores)
• ‘los marginados’ (leprosos y enfermos)
• ‘los herejes’ (samaritanos y paganos)
• los «colaboradores» (publicanos y soldados)
• los débiles y los pobres (que no tienen ni poder ni educación).

¿Es sorprendente entonces que Vicente se preocupara por las mismas personas? Creo que esto es lo que quería decir san Pablo cuando escribió: «tengan la misma mentalidad que Cristo Jesús».

Vicente buscaba «seguir a Jesús, evangelizador de los pobres» pensando y actuando como el Jesús que experimentó en los Evangelios.

Para reflexionar

• ¿Qué ha significado para ti la «imitación de Cristo»?
• ¿Me imagino amando incluso a mis enemigos, como Jesús amó?
• Sobre todo, ¿busco lo que buscaba Jesús… llevar la buena noticia a los pobres?

Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk