Poner en práctica la virtud de la mansedumbre
20 de diciembre de 2022
En nuestros días, de forma especial, ser testimonio de la mansedumbre de Jesús y su proclamación de un reino de paz, tiene un lugar prominente en la proclamación de la Buena Noticia por la Iglesia. Esto está íntimamente relacionado con la promoción de la justicia y la paz y la educación en estas actitudes. Centessimus Annus1 habla elocuentemente sobre este tema: “Yo mismo, con ocasión de la reciente y dramática guerra en el Golfo Pérsico, he repetido el grito: – ¡Nunca más la guerra! ¡No, nunca más la guerra!, que destruye la vida de los inocentes, que enseña a matar y trastorna igualmente la vida de los que matan, que deja tras de sí una secuela de rencores y odios y hace más difícil la justa solución de los mismos problemas que la provocaron… Por este motivo, otro nombre para la paz es desarrollo. De la misma manera que existe la responsabilidad colectiva de evitar la guerra, existe también la responsabilidad colectiva de promover el desarrollo”.
1Centesimus Annus, 52; cf. también, 14, 54.
Fuente: P. Robert P. Maloney, C.M.: OTRA MIRADA A LA “MANSEDUMBRE”
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