¿Qué significa que María sea la Reina de la Creación?

Cuando caminaba por esta tierra, María rezaba regularmente el Salmo 19…

«Los cielos cuentan la gloria de Dios»

En el interior de su corazón, sabía que la historia de la creación era más profunda de lo que podía imaginar. Sólo en el momento de la Asunción de María comprendió la creación como nunca había imaginado.

Hoy te invito a explorar conmigo lo que los cielos cuentan de la gloria de Dios. Y lo que puede significar que María sea la Reina de la Creación.

El desarrollo de la historia de la creación

Recientemente, muchos de nosotros nos asombramos al ver imágenes de partes de la creación que están a más de 13.000 millones de años luz.

Resulta impresionante incluso para los astrónomos más expertos ver una prueba tan dramática de que la creación es tan inmensa.

Pero… solo hemos dado otro pequeño paso. Sigue siendo cierto que

«Lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman.» (1 Cor 2,9).

Aún así, todavía tendemos a reducir a Dios a una versión de un anciano que reside por encima de nosotros.

María, Reina de toda la creación

Celebramos que María es la Reina de esta creación. Con su Asunción, le quedó claro que la creación de Dios es aún más vasta de lo que ella había soñado.

En la gran inmensidad de toda la eternidad, María, como madre, comprende ahora plenamente lo que rezó el Salmo 8,4.

¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él te cuides?

María, como todas las madres, nos ayuda a comprender quiénes somos y todo lo que se nos ha dado.

María nos enseña a cuidar de toda la creación.

Con cada evento climático catastrófico queda más claro que estamos destruyendo de forma negligente el gran regalo que Dios nos ha dado, la tierra, ¡el hogar de nuestros hogares!

No hemos cuidado bien esa mota de la creación que habitamos.

En muchos sentidos, somos como niños malcriados que no entienden el valor del regalo que se nos ha dado.

Hemos echado a perder lo que nuestro creador nos ha dado para sostenernos.

No vemos nuestra responsabilidad de cuidar el maravilloso regalo que nuestro creador nos ha dado.

No vemos la interconexión de todas las cosas creadas.

Jesús nos recuerda el esplendor de los lirios del campo. Al no cuidar los lirios, descubrimos que no cuidamos el hogar que llamamos tierra. Nos perdemos la interconexión de todas las cosas:

«Cuando miramos detenidamente un trozo de pan, podemos ver el sol, las nubes y la gran tierra. Sin la luz del sol, no puede crecer el trigo. Sin las nubes, no hay lluvia para que crezca el trigo. Sin la gran tierra, nada puede crecer. Por eso, el trozo de pan que tengo en la mano es una maravilla de la vida. Está ahí para todos nosotros. Tenemos que estar ahí a favor suyo».

Somos como niños que aprecian y cuidan los regalos que se nos han dado… no comprenden el valor y la finalidad que tienen estos regalos.

María y el mes de la creación

En una encíclica inspirada en el patrón universal del medio ambiente, San Francisco, el papa Francisco nos desvela la historia de la creación y sus implicaciones. La encíclica se puede resumir en apenas tres palabras. ¡Todo está conectado!

Ahora nos pide que celebremos un Ciclo de Escucha de la Creación desde el 1 de septiembre, Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, hasta el 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, patrón de la ecología.

¿Qué podemos hacer para escuchar a la creación?

Nuestros padres nos enseñaron hace tiempo… ¡DETENTE, MIRA, ESCUCHA!

¡Te sorprenderás de los gritos que puedes escuchar o ver sobre la extensión de la creación!

Detente, mira y escucha una rebanada de pan… ¡o una imagen del universo!

Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk