Poco a poco, la vida vuelve a la normalidad. Meses después de las lluvias que devastaron la región montañosa de Petrópolis, en Río de Janeiro (Brasil), los niños de la Escuela Vicentina Padre Corrêa ya han vuelto a las clases y se ha formado una gran red para ayudar a sus familias y a los empleados de la escuela a recuperarse de los daños sufridos.

Con la movilización organizada por las Hijas de la Caridad junto con los trabajadores sociales y los colaboradores de la escuela, la mayoría de los afectados han conseguido recuperar ropa, libros y material escolar. En las últimas semanas de mayo se entregaron nuevos armarios, camas, colchones, sofás, cocinas y frigoríficos, comprados con dinero donado por benefactores de Francia, donde se encuentra la Casa Madre de las Hijas de la Caridad.

Las acciones fueron rápidas. «El mismo día que ocurrió todo, hicimos un formulario online que se compartió en las redes para conocer la situación de cada persona. En los días siguientes, supimos dónde y cómo estaba cada uno y qué era lo que más necesitaba», dice sor Adriana de Souza Viana, responsable educativa de la escuela. Afortunadamente, ningún estudiante, familiar o colaborador perdió la vida en la tragedia ocurrida en la tarde del 15 de febrero de 2022.

El primer camión con donaciones de ropa y alimentos llegó al distrito de Corrêas desde el Santuario de Nuestra Señora de las Gracias de la Medalla Milagrosa (en Río de Janeiro) al día siguiente de las lluvias. Ese mismo día, las hermanas, en colaboración con los trabajadores sociales, ya habían elaborado el proyecto «El amor de Cristo nos une», cuyo objetivo era ser un puente entre los donantes y las familias y vivir el carisma vicenciano en la situación concreta de las inundaciones.

En la primera etapa, la escuela trabajó en colaboración con la parroquia local, el punto de apoyo más cercano, para repartir 100 raciones de comida al día, que se preparaban en la cocina industrial de la escuela. Al mismo tiempo, se ayudó a los padres de los alumnos que lo habían perdido todo, proporcionándoles ayuda inmediata para cubrir sus necesidades más urgentes, como material de limpieza e higiene, alimentos, agua mineral, ropa, colchones y mantas, entre otros artículos.

En un tercer momento se inició una campaña entre los colaboradores y amigos de la Rede Vicentina de Educação pidiendo otros artículos necesarios, como mochilas, zapatos, electrodomésticos, muebles y donaciones en efectivo. Las editoriales SM y Editora do Brasil han asumido la donación de libros. El objetivo en metálico ya se ha alcanzado gracias a la donación de benefactores franceses. «Sólo podemos estar agradecidas. El trabajo de la Familia Vicenciana fue fundamental e incansable», dice sor Adriana.

El Colegio Vicentino Padre Correa cuenta actualmente con 1050 alumnos de 1º a 9º de primaria. Fundada en 1966, es una referencia en materia de educación en la región.

Fuente: https://filhasdacaridaderj.org.br/