Sor Evelyne Franc, H.C., entonces Superiora General de las Hijas de la Caridad, y el Padre G. Gregory Gay, C.M., entonces Superior General de la Congregación de la Misión, comentaron en 2011, año de la beatificación de sor Margarita Rutan, H.C, el significado que su vida tiene para la Iglesia y para el mundo de hoy.

Informe del P. John Maher:

La beatificación de Sor Margarita Rutan el 19 de junio de 2011 en Dax (Francia) fue un momento de gran alegría para todos los miembros de la Familia Vicenciana, en especial para los sacerdotes, hermanos y hermanas de las comunidades religiosas fundadas por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac. A la Congregación de la Misión (también conocida como » Misioneros Paúles») y a las Hijas de la Caridad se las nombra a menudo como la «Doble Familia», ya que ambas comunidades tienen sus orígenes e historia compartida en el patrimonio espiritual que les entregaron los santos Vicente de Paúl y Luisa de Marillac.

A la luz de esta herencia compartida, Sor Evelyne Franc, Superiora General de las Hijas de la Caridad y el Padre Gregory G. Gay, Superior General de los Padres Paúles, reflexionaron sobre la importancia de la vida de Sor Margarita, y lo que su beatificación significa para la «Doble Familia» y para la Iglesia de hoy.

Sor Evelyne reflexiona en la vida de Sor Margarita como clave para entender su camino hacia el martirio:

los 37 años de su vida como Hija de la Caridad, Margarita puso su creatividad, su rica personalidad y conocimientos profesionales al servicio de los pobres y enfermos. Todos los días se esforzó para amar, servir y perdonar como lo hizo Cristo. En sus 15 años de servicio en el hospital de Dax, Margarita dio gozoso testimonio de auténtica amistad con todos.

El P. Gay señaló que

Sor Margarita mantuvo su mirada fija en Cristo, lo que le permitió ser una serena y eficaz sierva de los pobres, en un momento de gran agitación política y social.

Sor Margarita se negó a ceder a la presión puesta sobre sacerdotes y religiosos durante la Revolución Francesa, y a renunciar a la fidelidad a la Iglesia y a sus comunidades religiosas si se realizaba el juramento de lealtad a la constitución civil. Sor Evelyne observó:

En esos tiempos difíciles, Margarita vivió más intensamente su don a Dios y a los demás. A pesar del peligro grave e inminente, siguió los pasos de Cristo con seguridad. Cuando no era posible trabajar sin riesgo, se mantuvo fiel a sus convicciones religiosas.

El P. Gay señaló:

Sor Margarita se enfrentó a la violencia con la resistencia no violenta. No sólo fue servidora de los pobres, sin también jueza de paz que vivió las Bienaventuranzas en tiempos violentos.

¿Qué lecciones puede impartir a la Iglesia y al mundo de hoy día, la vida de sor Margarita Rutan? Para Sor Evelyne,

Margarita Rutan vivió profundamente esta convicción: cuando Jesús nos envía a la misión, también nos da la fuerza para lograrla. Hoy en día, el testimonio de su vida es como un faro que ilumina nuestro camino hacia la inquebrantable fidelidad a Cristo.

El P. Gay añadió:

Sor Margarita es un modelo adecuado para el mundo actual, por ser una persona que plantó cara a la situación quevivía, por su fe, y sirviendo a la vez a los pobres. Nunca se rindió a las fuerzas del miedo y la intimidación. En nuestro mundo actual, donde los cristianos son atacados y perseguidos por el hecho de vivir su fe, la vida y la muerte de Sor Margarita son un desafío a resistir ante la cultura de la violencia y a esforzarnos en ser constructores de paz y servidores de los pobres.

Sor Evelyne concluyó su reflexión sobre la beatificación de Sor Margarita con una sentencia que todos los miembros de la Familia Vicenciana habrían de tomar en serio:

La vida de Sor Margarita nos muestra a Cristo y nos lleva, por el camino del amor incondicional, hacia el verdadero rostro del Padre, quien es sólo Don y Perdón.