El 6 de febrero de 2020, las Hijas de la Caridad celebraron veinte años de servicio en Kenia.

Las primeras hermanas llegaron a Kenia procedentes de las provincias irlandesa y británica a finales de 2001 y principios de 2002. Las dos primeras casas se abrieron en enero de 2002 en Thigio, a unos 40 kilómetros de Nairobi, y en Chepnyal, muy al noroeste, cerca de la frontera con Uganda. Ahora, en 2022, la Misión de Kenia cuenta con seis casas, que pronto serán siete, con 25 hermanas kenianas y 8 hermanas extranjeras. El servicio a las personas que viven en la pobreza es vasto, y llega a los ancianos, los jóvenes, los niños vulnerables, los niños de la calle, los niños y adultos con discapacidades, las mujeres que con sus familias viven en la pobreza, las personas que viven con el VIH/SIDA y las que necesitan cuidados paliativos.

El desarrollo de los servicios y el crecimiento de la comunidad a lo largo de los últimos veinte años fueron, en efecto, motivo de agradecimiento a Dios con alegría y celebración, por todo lo que se ha logrado en nombre de Dios. Así, ese día 6 de febrero, todas las Hijas de la Caridad se reunieron en la celebración eucarística para dar gracias, recordar y honrar a todas las hermanas que habían participado en el desarrollo de la Misión de Kenia. Fue también una gran alegría contar con la presencia de sor Goretti Butler, visitadora de la Provincia de Irlanda, que dio testimonio del fuerte vínculo de la Misión de Kenia con Irlanda y del enorme papel que ésta ha desempeñado en el crecimiento, desarrollo y sostenibilidad de la misión aquí en Kenia.

Hacia el final del día, después de algunas actividades divertidas que todos disfrutaron, participamos en la presentación del libro «La historia de una misión», que narra la vida y el servicio de las Hijas de la Caridad en Kenia durante los últimos veinte años. Fue escrito por sor Catherine Mulligan que, como Provincial en Irlanda, envió a las primeras hermanas a Kenia en octubre de 2001 y que ahora, trabajando en Kenia, sigue formando parte de la historia.

Nuestro día de celebración también recordó a todos los que han servido, se han ofrecido como voluntarios y han apoyado la Misión de Kenia de cualquier manera. Estamos agradecidas a muchos. Al dar las gracias también confiamos los próximos veinte años en las manos de Dios.

Palabras de sor Goretti Butler HC (visitadora de las Hijas de la Caridad de Irlanda):

Tuve la alegría de visitar nuestra Misión en Kenia y me uní a las Hermanas en la celebración de los veinte años de crecimiento y desarrollo de la misión. Sor Liz, coordinadora de la Misión allí, sor Catherine Mulligan y las demás hermanas estaban muy interesadas en celebrar este acontecimiento. Han planificado mucho la celebración. Sor Catherine ha escrito la historia de la misión desde sus primeros pasos en el año 2000 o antes, a petición del Consejo General. Esta historia es una lectura maravillosa. Es una historia de esperanza y de lo que se puede conseguir con una verdadera cooperación y generosidad por parte de un grupo pionero de Hermanas de diferentes Provincias de las Hijas de la Caridad.

El día de la celebración fue el domingo, 6 de febrero de 2022. El día comenzó a las 07:45 con una hermosa celebración de la Eucaristía que tuvo cantos, bailes y muchos símbolos. Fue celebrada por el padre Edwin, que es el responsable de los Misioneros Paúles en Kenia. La homilía que pronunció fue magnífica. En todo momento hubo un gran sentimiento de gratitud a Dios por tantas maneras que la Misión ha sido bendecida y que la Misión se ha desarrollado, de una manera que no podíamos ni imaginar. Se recordó de manera especial a todas las Hermanas que vinieron de las diferentes Provincias y que ahora han regresado, así como a las cuatro Hermanas que han fallecido.

A la misa siguió el desayuno, y luego fue el momento de comenzar la fiesta. Sor Liz dio la bienvenida a todas las Hermanas y dio una interesante charla en la que describió todos los acontecimientos y lo que celebrábamos en ese momento. Dio las gracias a todos por todo lo que habían hecho para hacer posible el día. A continuación, cada comunidad local desarrolló una actividad para celebrar la ocasión. Hubo juegos, temas de actualidad, música y baile. La jornada terminó con una comida especial de celebración por la tarde.

Fue un día maravilloso de acción de gracias y celebración, y tuve el privilegio de participar en él. Quedará en mi memoria por mucho tiempo. ¡Alabado sea Dios!

Fuente: https://www.vincentianfamily.ie/