La guerra en Ucrania comenzó en realidad en 2014 con una lucha fratricida por la región de Donbass. La situación del país ha sido muy difícil en los últimos años: la guerra, el declive industrial y la situación económica han provocado desempleo, pobreza y delincuencia.

Desde 2019, las Hijas de la Caridad están presentes en Ucrania en Smotrych, para ayudar a los ancianos, enfermos y discapacitados en la Casa de la Misericordia y en los pueblos. En 2020, las hermanas comenzaron su ministerio en Mariupol, atendiendo a los pobres y enfermos en la zona de guerra, y se ofrecieron como voluntarias en el hospital de Mariupol.

Desde el 24 de febrero, la guerra está devastando el país y la situación se vuelve trágica para la población. Se multiplican los avisos de ataques aéreos seguidos de bombardeos. Todo el mundo vive aterrorizado y con incertidumbre. Cada vez es más difícil acceder a las necesidades básicas.

En Smotrych, las Hijas de la Caridad siguen atendiendo a los 30 enfermos, discapacitados y ancianos que viven actualmente en la Casa de la Misericordia, y se desplazan también a los pueblos para ayudar a los más vulnerables, en cuanto la situación lo permite.

En las últimas semanas, han visto cómo miles de personas que huyen del este de Ucrania acuden a sus casas, deteniéndose unos días antes de poder cruzar a Polonia.

La llamada de auxilio de sor Z.O.

La situación es catastrófica:

La agresión del ejército ruso es cada vez más cruel y brutal. Cada vez hay más ciudades y pueblos completamente destruidos.

La gente está empezando a sufrir hambre y frío, viviendo en refugios sin electricidad ni calefacción (en Ucrania la temperatura nocturna está actualmente bajo cero).

Algunos habitantes aún recuerdan la Segunda Guerra Mundial. Encerrados en el pasillo con las luces apagadas durante los ataques aéreos, los vemos perturbados por tener que revivir estos traumas.

Los paisanos que visitamos también tienen mucho miedo. Pocos de ellos tienen la capacidad física de huir o no tienen acceso a un refugio seguro durante los bombardeos.

La guerra está obligando a salir a las carreteras a miles de ucranianos que han perdido sus casas o temen por su vida. Acogemos a mujeres con sus hijos, ancianos y huérfanos en habitaciones habilitadas como dormitorios para la ocasión.

Todos ellos vienen a nosotros agotados. Algunos acaban de llegar de Kiev tras un arduo viaje de más de 400 kms.

En nuestra casa, los refugiados descansan unos días, recuperan las fuerzas, comen, se lavan y son atendidos. También intentamos mantener un ambiente tranquilo antes de su salida hacia los países fronterizos, mayoritariamente hacia Polonia.

Nuestra gran inquietud está en la imposibilidad de comprar. Cuando las alertas se detienen, una hermana, acompañada por el padre P., el sacerdote de la Casa de la Misericordia, sale a comprar lo que puede encontrar, pero el difícil transporte de mercancías ha provocado la escasez de productos básicos. Los alimentos, los medicamentos y los artículos de higiene son cada vez más escasos.

Tu ayuda nos permitirá comprar estos productos esenciales, indispensables para la supervivencia de todas estas personas que cuentan con nosotros. Estos productos se comprarán prioritariamente en Ucrania si podemos encontrarlos, y si no es posible, nuestras hermanas de Polonia nos los traerán con un convoy humanitario.

Sin vosotros, no podremos seguir acogiendo ni a residentes ni a refugiados.

Nuestra inmensa GRATITUD por vuestra ayuda e indispensable apoyo.

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