La invasión en Ucrania ha llenado las redes sociales de imágenes y videos impactantes, cuando no estremecedores, de lo que está sufriendo el pueblo por los ataques indiscriminados rusos que se están produciendo sobre la población civil. De igual manera, las noticias se suceden en todos los informativos en televisión y radio, que, a la crudeza de los documentos audiovisuales, añaden los comentarios de los entendidos y los datos estadísticos que van desgranando la realidad de un conflicto bélico que nunca debía haber comenzado. El mundo entero observa con horror y asombro, aturdido ante la violencia y sin saber muy bién qué esperar.
Pero también hay imágenes que nos dan esperanza y confortan nuestro corazón. En el video siguiente, un pequeño niño, de unos 4 ó 5 años, con humildad se inclina ante la cruz del Salvador y, levantando piadosamente sus pequeñas manos, canta una breve oración pidiendo que cese la guerra y la paz reine:
Sálvanos, oh Hijo de Dios, Tú que has resucitado de la muerte.
Te cantamos aleluya.
Dios y Señor, salva a nuestra Ucrania.
Dios y Señor, te amamos.
Oremos a nuestro buen Padre con la confianza de este niño, sabiendo que Dios nunca desoye las plegarias de sus hijos, compartiendo el dolor y la esperanza «siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos» (Efesios 6,18).
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