Esta reflexión comienza con una información poco conocida sobre la tragedia ucraniana que se desarrolla ante nuestros ojos. Pero hace algo más. Plantea cuestiones que van más allá del sufrimiento de los ucranianos. Se pregunta sobre la necesidad de un nuevo virus «nosotros».

Un titular que me llamó la atención

Un millón de refugiados, sin campos de refugiados: el pueblo polaco abre sus casas a los ucranianos (Crux )

El titular me llamó inmediatamente la atención, sobre todo porque la realidad —mientras escribo— ha aumentado a más de dos millones.

El embajador polaco en Estados Unidos, Marek Magierowski, declaró a la CNN: «Esta es probablemente la primera crisis migratoria en la historia de Europa en la que el país de acogida no necesita construir campos de refugiados».

Más allá del titular

Para Olga Panivnyk, este es mucho más que un titular. Escapó de Ucrania. Una semana después dijo en la televisión polaca… «Aquí, en Polonia, sentí realmente lo que es la fraternidad».

En medio de la tragedia, se está desarrollando otra historia. Es la historia del tipo de fraternidad del que escribe el papa Francisco. Es la historia para vivir las palabras de otro titular de hace 2000 años: «Padre nuestro».

El Papa Francisco escribe:

 Ojalá que al final ya no estén “los otros”, sino sólo un “nosotros” (Fratelli Tutti nº 35).

Por eso pensé en dedicar el mensaje para la 107.ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado a este tema: “Hacia un nosotros cada vez más grande”, queriendo así indicar un horizonte claro para nuestro camino común en este mundo (Mensaje para la 107 Jornada Mundial del emigrante y del refugiado 2021).

Vea mi anterior escrito: ¿Es el Padre Nuestro una oración radical?

Un sentimiento creciente del «NOSOTROS»

• Jerzy Donimirski, propietario de 5 hoteles de lujo en Cracovia, abrió su hotel de cuatro estrellas en el corazón de Cracovia a los refugiados. Al principio, 20 personas —adultos y niños— ocuparon las habitaciones de su hotel. «Pensé que no era una carga excesiva para nuestro hotel acoger a 20 más», así que envió otro autobús a la frontera con Ucrania. Hoy tiene 45 refugiados en el Hotel Polski. Visite su sitio web para apreciar lo que está haciendo.
  • (Nota a los vicencianos: el hotel está a media milla de una casa que los Misioneros Paúles construyeron a finales de la década de 1850).
• Davide Martello viajó desde Alemania con un piano sobre ruedas para llevar un poco de alegría musical a los refugiados. Les acoge y les inspira con el internacionalmente conocido himno de la paz de John Lennon, «Imagine». Un gigantesco signo de la paz blanco decora el lateral de su piano. Dice que su objetivo es utilizar la música para promover la paz.
• El propietario de un centro comercial está convirtiendo un espacio de 40.000 pies cuadrados en un almacén de ropa y otros artículos de primera necesidad. Otros 60.000 pies cuadrados se adaptarán para albergar a personas de corta edad.

Personas de todos los estratos de la sociedad son testigos vivos del «nosotros». Una conciencia práctica de ser hermanas y hermanos.

Un virus que debemos ayudar a propagar

Algo está ocurriendo que atraviesa todos los niveles socioeconómicos. Incluso se podría decir que hay otro tipo de virus que se está extendiendo por toda Polonia.

En el espíritu del papa Francisco, me gustaría llamarlo el virus «nosotros».  Lo veo como un «virus bueno» que contrarresta el virus de la violencia y el odio. En términos bíblicos, por fin reconoceremos que somos los guardianes de nuestros hermanos.

Es de esperar que este virus siga mutando y aumentando nuestra conciencia de ser «nosotros», una verdadera familia humana.

¿Es demasiado pequeña nuestra comprensión del «Padre Nuestro»?

• ¿Nuestra comprensión del Padre Nuestro se detiene en las fronteras de nuestra familia inmediata… o de nuestro país?
• Si creemos que los polacos, ucranianos …y rusos son nuestros hermanos y hermanas, ¿qué podemos hacer, empezando por nosotros mismos?

Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk