Tuve el honor y el privilegio de asistir a una reunión de MISEVI Internacional en la Casa Madre de París a principios de febrero. Allí conocí al P. Emmanuel de Togo, que vive en la Casa Madre y fue el traductor de nuestra reunión. Me impresionó inmediatamente su alegría. Su semblante está lleno de la alegría que da ser una persona de fe. Y nos recordó el arraigo de MISEVI en la encíclica Evangelii Gaudium del papa Francisco.

«La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús».

Así comienza la encíclica del papa Francisco. El P. Emmanuel nos animó a recordar las palabras de esta encíclica. Mientras el papa Francisco desarrolla la alegría del Evangelio, añade: «El creyente es fundamentalmente memorioso».

En estos días de agitación, división y enfermedad, es bueno recordar lo que somos como portadores del Evangelio, como gente de misión, enviada a proclamar la alegría que conocemos. En la reunión de París, fuimos agraciados con la presencia por Zoom de los líderes de los países que conforman MISEVI, y recordamos.

• Recordamos a cada misionero de MISEVI en cada uno de los países miembros:  Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Egipto, El Salvador, Irlanda, Líbano, México, Panamá, Perú, Polonia, Eslovaquia, España, Estados Unidos y Venezuela.
• Recordamos la alegría que ofrece nuestra fe.
• Recordamos a los que nos han precedido y han muerto por la fe.
• Recordamos al que está directamente frente a nosotros y que ahora necesita la alegría del Evangelio.
• Recordamos las raíces de MISEVI en España.
• Recordamos a Vicente y Luisa, que nos llamaron a ver el rostro de Cristo en los que encontramos.
• Recordamos a los refugiados que huyen de los países de la violencia y el hambre.
• Recordamos a los que, entre nosotros, experimentan la falta de hogar.
• Recordamos a los que nos han enseñado tanto viviendo auténticamente en medio de su dolor.
• Recordamos a otros miembros de la Familia Vicenciana que llevan siglos respondiendo al clamor de los que viven en la pobreza.

Y al recordar, nos basamos en lo que hemos aprendido en el pasado para seguir avanzando y cambiando para el presente y el futuro. MISEVI es un miembro joven de la Familia Vicenciana y está en medio de esta transformación hacia el futuro. Mientras seguimos desarrollando la misión de MISEVI, recordamos a todos los que han abrazado el carisma vicenciano y que nos inspiran a compartir la alegría de nuestros encuentros con Cristo, nuestros encuentros con la presencia de Dios en cada persona que encontramos.

«La alegría evangelizadora siempre brilla sobre el trasfondo de la memoria agradecida: es una gracia que necesitamos pedir» (Evangelii Gaudium)

Que imploremos esta gracia y seamos una presencia alegre en todos nuestros encuentros, como nos mostró el P. Emmanuel.

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