La imagen reconstruida del rostro de San Vicente de Paúl, en 3D, se presentó al público el 13 de febrero en la Catedral de Nossa Senhora da Penha, en Crato-CE (BRasil). La idea surgió en 2015 y, a partir del año siguiente, expertos en medicina, tecnología y odontología iniciaron los trabajos de reconstrucción a partir de fotografías del cráneo del patrón de las obras de caridad de la Iglesia, realizadas durante la última exhumación del santo, en 1960.

El artífice del proyecto, el hagiólogo José Luiz de Araújo Lira, comenta sobre la cuestión de la elección de San Vicente de Paúl: «En la iglesia natal también había una imagen de san Vicente ante la que siempre rezábamos. Todavía existe, no en el mismo altar, porque hubo una reforma en la iglesia, pero el pueblo aún puede ver esa imagen del santo allí. Y él siempre me atrajo por la cuestión de la caridad, por el cambio que provocó en la historia de la propia Iglesia, cuando fundó a las Hijas de la Caridad. En aquella época los monasterios sólo eran de clausura y él abrió los monasterios a la calle, las hermanas empezaron a ayudar a la gente de la calle, a los necesitados, eran las Hijas de la Caridad. Así que siempre tuve esta fascinación por san Vicente».

Cícero André da Costa Moraes, el diseñador 3D, dice que uno de los elementos diferenciales de este proyecto es el hecho de que se llevó a cabo en un ámbito puramente digital: «fue posible saber que las imágenes de mediana resolución permiten este tipo de enfoque, que puede evolucionar, incluso por una futura inteligencia artificial, donde usted hace varias fotografías de un cráneo y la propia inteligencia ya puede identificar aspectos de quién era este individuo y puede ser muy útil en los campos donde hay muchos cráneos y una visualización puramente humana sería inviable. Así que la gran evolución es en este contexto, la participación de todos estos especialistas, que culminó con la publicación de un capítulo de libro, donde explicamos todo el proceso, desde el inicio en 2015, hasta la presentación».

José Luiz y Cícero cuentan que las imágenes del cráneo, en diferentes perspectivas, fueron enviadas a ocho especialistas en el área de la medicina y la odontología, en su mayoría del ámbito forense, que observaron, sin saber de quién se trataba, e identificaron, a partir de estas imágenes, algunos aspectos que permitieron la reconstrucción facial, como, por ejemplo: el género del individuo (masculino), la edad avanzada, la ascendencia europea y algunas discapacidades, como, por ejemplo, una deficiencia en la parte del maxilar, y una ligera proyección de la mandíbula.

Fuente: https://www.pbcm.org.br/