Los santos nos impulsan a superar la injusticia sistémica

por | Mar 4, 2022 | Formación, Reflexiones | 0 comentarios

Jesús denuncia claramente la injusticia, y nosotros debemos hacer lo mismo. Las bienaventuranzas y los ayes que aparecen en el Evangelio de Lucas ponen de relieve las injusticias económicas, emocionales y sociales en la comunidad de Jesús, y nos recuerdan que la fe en Cristo exige un compromiso para crear una sociedad justa.

En el Sermón de la Llanura [el «Sermón de la montaña» en los otros evangelios], Jesús se dirige directamente a las personas que son pobres, hambrientas, que lloran, odiadas y excluidas por su relación con Cristo, diciéndoles que son bienaventuradas. A continuación, Jesús se enfrenta a las personas que son estables desde el punto de vista económico, emocional y social; en concreto, a las personas que son ricas, están llenas, se ríen y de las que la sociedad habla favorablemente.

Jesús critica a los que viven cómodamente mientras otros sufren. La crítica contra las personas que son consideradas favorablemente como los falsos profetas de antaño es una referencia a los grupos que se mencionan con frecuencia en la literatura profética del Antiguo Testamento. Los falsos o mentirosos profetas decían lo que la gente quería oír y eran alabados y celebrados por ello. Pero en realidad proclamaban que las cosas iban bien cuando el sufrimiento era generalizado y la destrucción era inminente.

Predicando de esta manera, Jesús no se limita a consolar a los que sufren y a advertir a los que están cómodos. Va más allá, advirtiendo cómo la comodidad puede basarse en la ceguera ante el sufrimiento, la pobreza y la injusticia que los verdaderos profetas señalan. Al contrastar cómo se recibe a los verdaderos y a los falsos profetas, Jesús llama a sus seguidores a solucionar los problemas que causan la injusticia y la inequidad en primer lugar. Al resaltar los males de la pobreza y la opresión, Jesús conecta su ministerio con la justicia y enseña a sus discípulos que la fe en él requiere abordar y resolver directamente los problemas del mundo.

¿Cómo podemos hacerlo? Debemos trabajar conscientemente para promover la equidad en nuestra iglesia y en el mundo, reconociendo los fallos del pasado y comprometiéndonos a hacer correcciones en el presente y en el futuro. Asimismo, podemos aprender de nuestros santos, los canonizados y los que están en camino, que pueden inspirarnos para superar las injusticias sistémicas y utilizar nuestro poder y nuestras capacidades para ayudar a las personas necesitadas.

El venerable Pierre Toussaint puede inspirar nuestros esfuerzos por crear una sociedad justa. Toussaint, cuyo apellido fue probablemente adoptado en homenaje al líder revolucionario haitiano Toussaint Louverture, es un importante ejemplo para todos nosotros. Pasó parte de su vida esclavizado en Haití y Nueva York. Al igual que muchas personas nacidas en sociedades injustas, Toussaint perseveró mientras soportaba el racismo entre otras innumerables dificultades. Al obtener la libertad de la esclavitud a los 40 años, Toussaint desarrolló un exitoso negocio de peluquería en la ciudad de Nueva York. Obtenida la libertad y el éxito económico, Toussaint utilizó sus recursos para ayudar a otros, ahorrando dinero para comprar la libertad de su hermana Rosalie y su futura esposa Juliette Noel. Su éxito no le hizo ciego ante el sufrimiento y las necesidades de los demás, sino que utilizó sus recursos para acudir en su ayuda.

La vida de Toussaint refleja su fiel compromiso con la justicia y el servicio a los demás. Toussaint y Noel adoptaron a su sobrina Euphemia tras la muerte de Rosalie. Apoyaron a los huérfanos y a los enfermos que estaban en cuarentena durante la epidemia de cólera. Al ser bilingüe, Toussaint ofreció servicios de traducción a los refugiados haitianos de habla francesa en Nueva York. La iglesia también se benefició de la generosidad y el talento de Toussaint, ya que ayudó a financiar instituciones como la antigua catedral de San Patricio y la escuela de San Vicente de Paúl. Esto es la fe en Cristo en acción.

Cuando reflexionamos sobre el ministerio de Jesús, debemos recordar su compromiso de ayudar a las personas pobres, vulnerables, marginadas y sin derechos. Jesús nos dice lo que requiere la fe cristiana a través de sus audaces declaraciones, sus críticas a la injusticia y sus acciones desinteresadas. Al reflexionar sobre el Sermón de la Llanura, también deberíamos rezar con nuestros santos, como Pierre Toussaint, y comprometernos a vivir la fe en Cristo haciendo avanzar una sociedad justa.

Jaime L. Waters.
Jaime L. Waters enseña Escritura en la Universidad DePaul de Chicago. Es profesora asociada de estudios católicos.
Fuent: https://www.americamagazine.org/

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