Los miembros de las Conferencias de la Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP), las ramas de la Familia Vicentina, la Santa Iglesia y toda la humanidad celebraron el pasado 4 de febrero el DÍA INTERNACIONAL DE LA FRATERNIDAD HUMANA.
La fecha fue establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el 2020 durante la Asamblea General, con motivo de la crisis sanitaria mundial generada por el Coronavirus, que ha aumentado el número de pobres, aislado a las personas, dañado a la economía, acentuado las desigualdades sociales y provocado la muerte de miles de seres humanos en todo el planeta.
En estos tiempos difíciles para el mundo, con una gran parte de la población en dificultades y pasando necesidad, la creación del DÍA INTERNACIONAL DE LA FRATERNIDAD HUMANA fomenta el valioso reconocimiento hacia las personas que, independientemente de su cultura o credo, ayudan a mejorar la vida de la gente, como puede ser el caso de los miembros de la Sociedad de San Vicente de Paúl.
La fraternidad humana no sólo se centra en el aspecto material de la solidaridad, sino sobre todo en escuchar con amor a las personas que sufren, en la ampliación de la cooperación multilateral entre los pueblos, en la necesidad de una mayor unidad entre las naciones, en la aceptación de las personas tal y como son (con tolerancia, sin prejuicios ni discriminaciones) y en afrontar juntos la crisis socioeconómica en la que nos encontramos.
Además, en este día, para conmemorar esta fecha en el seno de la Iglesia Católica, el Papa Francisco publicó el documento «Fraternidad humana para la paz y la convivencia mundial», en el que el Sumo Pontífice afirmó que la fraternidad es el único camino posible para la humanidad, tan herida por las guerras y la indiferencia: «O somos hermanos o todo se derrumba».
La pandemia, subrayó Francisco, ha demostrado que nadie se salva solo. «Todos somos diferentes, pero todos somos iguales en dignidad y, sin importar dónde y cómo vivamos, el color de nuestra piel, la religión, la clase social, el género, la edad, la salud y las condiciones económicas, todos vivimos bajo el mismo cielo; y por ello, debemos reconocernos como hermanos y hermanas, siendo la fraternidad uno de los valores fundamentales y universales que están en la base de las relaciones entre los pueblos».
El camino de la fraternidad es largo y difícil, dijo Francisco, pero es el ancla de la salvación para la humanidad y subrayó que, ante los problemas morales de la sociedad civil, es necesario responder con el signo de la fraternidad. Por último, el Papa invitó a todos a comprometerse con la causa de la paz, respondiendo así a los problemas y necesidades concretas de los pobres, de los indefensos.
Haga clic en el siguiente enlace para leer el mensaje del Papa en cinco idiomas (italiano, francés, inglés, español y árabe):
Fuente: https://www.ssvpglobal.org/
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