Los defensores norteamericanos de la justicia social de la Familia VIcenciana, grupo al que pertenezco, nos reunimos mensualmente para debatir diversos temas. Nuestra convocatoria de enero incluyó una presentación del P. Stan Chu Ilo, de la Universidad DePaul, titulada «Una cultura del encuentro». El P. Stan habló de la importancia de reconocer a los demás, especialmente a los que viven en la pobreza o son víctimas de la injusticia. Tenemos que escucharlos, no sólo «oír» sino «atender» sus palabras y peticiones de ayuda.

Creo que es importante recordar esto durante febrero, el mes de la historia negra. Creo que es importante recordarlo ya que aquí en Canadá seguimos encontrando pruebas de tumbas sin marcar en el lugar de los antiguos internados indígenas. Creo que es importante recordar esto mientras vemos más protestas sobre las políticas de vacunación, pero también incluye a aquellos que proclaman opiniones de supremacía blanca. Todos tenemos que escuchar y prestar atención a lo que cada uno dice, pero si no se hace de forma respetuosa, el intento se vuelve inútil.

Aunque nos enorgullecemos, como vicentinos, de nuestros esfuerzos por la caridad y la justicia, ¿con qué frecuencia escuchamos realmente lo que nos dicen aquellos a los que servimos? ¿Con qué frecuencia nos tomamos el tiempo para darles una voz real y un lugar en la mesa?

Todos podemos hacerlo mejor. Podemos empezar por informarnos sobre nuestras diferentes culturas y la gran variedad de tradiciones religiosas. Hay tantas culturas ricas en su propia historia y cultura. Qué maravilloso regalo tenemos al poder compartir nuestras diferencias culturales.

Tal vez este mes de la historia negra nos brinde esa oportunidad.

¿Por qué no hacer de este un mes para emprender acciones que nos lleven a ser una familia más diversa e inclusiva? Estoy realmente agradecido por nuestros diálogos de Familia Vicenciana sobre este tema. Aquí en Canadá tenemos ahora subcomités para la Diversidad Multicultural y los Pueblos Indígenas. Cada vez que asisto a una reunión de estos dos comités, aprendo algo más sobre sus culturas y los diversos retos a los que se enfrentan.

¿Por qué no hacer de este mes de la historia negra el comienzo de un encuentro cultural continuo?

Sobre el autor:

Jim Paddon vive en London, Ontario, Canadá y es miembro de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Actualmente es presidente del Comité Nacional de Justicia Social de la Sociedad en Canadá. Está casado con su querida esposa Pat y tienen seis hijas y once nietos. Jim ha sido miembro de la Sociedad desde los años 70.

Reconozco respetuosamente los territorios tradicionales y no fortificados de los Pueblos Indígenas, incluidas las Primeras Naciones, los Metis y los Inuit, en cuyas tierras nos reunimos, trabajamos y vivimos.

Las opiniones expresadas son las del autor y no representan oficialmente las de la Sociedad de San Vicente de Paúl.