«El escándalo del pesebre»: – Un «paseo mental» de Año Nuevo utilizando las palabras del Papa Francisco.
… ¿Qué hay de más cruel para una madre (que no tener cama para su hijo)?
…El Evangelio nos dice que María «guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (cf. Lc 2,19).
…Aprendamos de la Madre de Dios esta actitud: conservar meditando. Porque hay ocasiones en que también nosotros tenemos que sobrellevar algunos «escándalos del pesebre».
…Tenemos la esperanza de que todo va a salir bien, pero de repente cae, como un rayo de la nada, un problema inesperado. Y se crea un conflicto doloroso entre las expectativas y la realidad. Pasa también con la fe, cuando la alegría del Evangelio es puesta a prueba por una situación difícil que nos toca atravesar.
…Me pregunto, hermanos y hermanas, ¿cómo realizar este paso?, ¿cómo superar el choque entre lo ideal y lo real? Actuando, precisamente, como María: conservando y meditando.
María «conserva»
…María, en primer lugar, conserva, es decir, no desperdiga. No rechaza lo que ocurre.
…Conserva en el corazón cada cosa, todo lo que ha visto y oído. Las cosas hermosas, como lo que le había dicho el ángel y lo que le habían contado los pastores. Pero también las cosas difíciles de aceptar, como el peligro que corrió por quedar embarazada antes del matrimonio y, ahora, la angustia desoladora del establo donde tuvo que dar a luz.
…Esto es lo que hace María: no selecciona, sino que conserva. Acoge la realidad como llega, no trata de camuflar, de maquillar la vida, conserva en el corazón.
María «medita»
… Le sigue una segunda actitud. ¿Cómo conserva María? Conserva meditando.
…une las cosas hermosas con las feas; no las tiene separadas, sino que las une.
…En su corazón de madre comprende que la gloria del Altísimo pasa por la humildad; ella acepta el plan de salvación, por el cual Dios debía ser recostado en un pesebre. Contempla al Niño divino, frágil y tiritando, y acoge el maravilloso entramado divino entre grandeza y pequeñez. De ese modo conserva María, meditando.
…Esta mirada inclusiva, que supera las tensiones conservando y meditando en el corazón, es la mirada de las madres, que en las tensiones no dividen, ellas las conservan y así crece la vida.
…Es la mirada con la que muchas madres abrazan las situaciones de los hijos. Es una mirada concreta, que no se desanima, que no se paraliza ante los problemas, sino que los coloca en un horizonte más amplio. Y María va de ese modo, hasta el calvario, meditando y conservando, conserva y medita.
…Vienen a la mente los rostros de las madres que asisten al hijo enfermo o en dificultad. Cuánto amor hay en sus ojos, que, mientras lloran, saben comunicar motivos para seguir esperando. Su mirada es una mirada consciente, que no se hace ilusiones y, sin embargo, más allá del sufrimiento y de los problemas, ofrece una perspectiva más amplia, la del cuidado, la del amor que renueva la esperanza.
What mothers do
…Las madres saben conservar, saben mantener unidos los hilos de la vida, todos.
…Necesitamos personas que sean capaces de tejer hilos de comunión, que contrarresten los alambres espinados de las divisiones, que son demasiados. Y esto las madres lo saben hacer.
…Las madres, las mujeres, no miran el mundo para explotarlo, sino para que tenga vida. Mirando con el corazón, logran mantener unidos los sueños y lo concreto, evitando las desviaciones del pragmatismo aséptico y de la abstracción.
María, modelo para las madres… y los padres
¡Nuestro reto es tanto «guardar» como «meditar»!
Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk
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