El padre Joseph Curla, misionero paúl de origen eslovaco, nos presenta en este breve video la realidad del área donde sirven al pueblo de Dios en la costa noreste de Honduras. No son pocas las dificultades y los grandes esfuerzos que hay que realizar, pero el ánimo es fuerte.
Transcripción:
Queridas hermanas y hermanos, soy el padre Joseph Curla, párroco y superior de la comunidad eslovaca de misioneros de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl y sirvo al pueblo de Dios en la parroquia de San Pedro y San Pablo en Sangrelaya, Honduras. Con este llamado misionero quiero presentarles nuestra misión y, al menos en general, nuestros proyectos y trabajos.
Nuestra parroquia está ubicada en la costa noreste de Honduras, a pocas decenas de kilómetros del lugar donde se celebró la primera Santa Misa en el continente americano. Sin embargo, esta zona de honduras es muy pobre: pobre en infraestructura, educación, oportunidades… pero también espiritualmente pobre. No hay carretera pavimentada, conexión eléctrica, agua caliente, ni agua potable. A menudo no fluye agua. Honduras es también un país por un alto grado de criminalidad y corrupción, comenzando en los puestos más altos, desigualdad social o destrucción respectivamente, saqueo ambiental. La injusticia social de la codicia hacen que muchos de los poderosos, sin vergüenza y con frecuencia, usen la violencia y las amenazas, roben la propiedad, los animales y las tierras de los pobres, incluso directamente en nuestra parroquia. La Congregación de la Misión ha estado operando en la parroquia desde 2011 y está construyendo gradualmente el centro misionero de la Divina Misericordia, una especie de corazón de la parroquia, donde varios miembros del servicio pastoral se encuentran para la formación así como para diversas reuniones organizativas.
Actualmente hay dos sacerdotes y un hermano de la Congregación de la Misión en la parroquia. Nuestra parroquia se compone de varias etnias. La mayoría son garífunas, afrodescendientes, después latinos y misquitos; así que servimos a diferentes culturas y temperamentos en más de 30 pueblos y asentamientos diferentes, en 20 de los cuales tenemos templos y hay celebraciones litúrgicas regulares en ellos.
Debido a las largas distancias y los viajes problemáticos, a veces es muy difícil —en tiempo, dinero y físicamente— llevar a cabo la atención pastoral básica: bautismos, bodas u otros sacramentos, visitas a hogares y familias individuales, la formación de asistentes pastorales y muchos otros; son, sin embargo, un gran desafío y al mismo tiempo una aventura para nosotros. Además de la atención pastoral ordinaria ayudamos a las familias pobres construyendo y reparando viviendas, y proporcionando materiales para que sus viviendas sean al menos un poco dignas.
La pobreza, las malas condiciones de vida y el deseo de una vida mejor, sólo en enero de 2021 hicieron que más de 5.000 hondureños emigraran, principalmente a Estados Unidos. Por medio de nuestro proyecto estamos tratando de prevenir esto y motivar a la gente a permanecer en su país y trabajar para levantarse
Nuestro objetivo también es ayudar a largo plazo, para que las personas puedan crear un trabajo estable o una forma de sustento. Es por eso que apoyamos la educación de los jóvenes, varios proyectos para mejorar las habilidades y la artesanía pero también la vida moral y nos esforzamos por reducir la delincuencia.
Sí, a menudo es una lucha con molinos de viento, pero a la larga es de gran importancia. Es como la comida, que tenemos que comer repetidamente todos los días, aunque mañana volveremos a tener hambre. Pero gracias a esa comida hoy podemos vivir con dignidad
Honduras en una región de gran pobreza en varios niveles, condiciones de vida y de la pastoral muy difícil. Sin embargo también es un área de preciosa naturaleza, hermosos corazones, trabajo perseverante, sonrisas sinceras y risas alegres a pesar de los problemas.
Solo en el rostro del individuo, sus dolores y aflicciones, sus deseos y sueños incumplidos y su deseo de libertad y paz, aparece el tesoro escondido del alma humana inmortal y su hambre por el creador salvador. Solo entonces uno se da cuenta de cuánto ha recibido inmerecidamente del Señor Dios. Quizás gracias a su ayuda, una de las muchas personas que viven en condiciones inhumanas se recuperará, una vida inmoral se convertirá, una persona sin educación llegará a la educación.
Su generosidad de apoyo a nuestra misión es muy importante y lo agradecemos.
Que vida tan difícil.Señor ten misericordia de nuestros hermanos misioneros.
Te lo ruego Señor.