Cuando aún era un niño en crecimiento, había una serie maravillosa en ese medio todavía nuevo… la televisión.

«You are there» presentaba recreaciones dramáticas de acontecimientos de la historia: el Motín del Té de Boston, el Pony express, la batalla del Álamo, Pearl Harbor, las Cruzadas e incluso la muerte del gran filósofo Sócrates.

El legendario Walter Cronkite, en su papel de presentador en la ciudad de Nueva York, habló brevemente sobre lo que estaba a punto de suceder. Los reporteros de CBS News que se encontraban en el lugar de los hechos informaron de la acción y entrevistaron a las personas implicadas en cada uno de los episodios históricos. A continuación, un locutor proclamó en voz alta y con valentía: «¡Estás ahí!» Al final, el cierre característico de Cronkite…

«¿Qué clase de día fue? Un día como todos los días, lleno de esos acontecimientos que alteran e iluminan nuestros tiempos… todas las cosas son como entonces, excepto que tú estabas allí».

Así pues, ¿qué se siente al tener una audiencia personal con el Papa?

Me hice esa pregunta cuando experimenté el último de una serie poco conocida de vídeos del papa Francisco.

Utilizo un gran monitor de sobremesa como auxilio para mis ojos gastados. Vi el último de la serie del papa explicando su intención de oración para el mes de noviembre: Las personas que sufren depresión. Durante un minuto y 25 segundos, estuve casi cara a cara con él. Los cortes de vídeo, muy breves pero impactantes, hicieron que sus palabras fueran aún más significativas.

Su mensaje de unas 150 palabras salió claramente de su corazón. En varios momentos, parecía que miraba directamente a mi corazón. Sentí que estaba allí. … No lo estaba, ¡pero lo sentí así!

Un pastor habla a un rebaño estresado

La sobrecarga de trabajo, el estrés laboral hacen que muchas personas experimenten un agotamiento extremo, un agotamiento mental, emocional, afectivo y físico.

La tristeza, la apatía, el cansancio espiritual terminan por dominar la vida de las personas que se ven desbordadas por el ritmo de la vida actual.

Procuremos estar cerca de los que están agotados, de los que están desesperados, sin esperanza, muchas veces escuchando simplemente en silencio porque no podemos ir a decirle a una persona: ‘No, la vida no es así. Escúchame, yo te doy la receta’. No hay receta.

Y además, no olvidemos que, junto al imprescindible acompañamiento psicológico, útil y eficaz, las palabras de Jesús también les ayudan. Me viene a la mente y al corazón: ‘Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso’.

Recemos para que las personas, que sufren de depresión o agotamiento extremo, reciban apoyo de todos y reciban una luz que les abra a la vida.

¡Y ahí estamos en la Última Cena!

Cada vez que nos reunimos en la Eucaristía, revivimos el recuerdo de Jesús lavando los pies de los discípulos y dándoles instrucciones para que se laven los pies unos a otros como él les ha lavado los pies.

Una invitación

Si experimentas este vídeo como yo lo hice, puede que quieras experimentar otras visitas con el Papa.

Aquí hay enlaces a 5 vídeos recientes que me han conmovido. Cada uno dura entre uno y dos minutos.

• El sacramento de la reconciliación. Un clip especialmente impactante que muestra al papa entrando en el confesionario como cualquier otro penitente en San Pedro para confesarse con quien esté de guardia.
• Discípulos misioneros. La misión se basa en el encuentro entre personas, en el testimonio de hombres y mujeres que dicen: «Conozco a Jesús, y me gustaría que tú también lo conocieras».
• La Iglesia en camino. Empecemos a reformar la Iglesia con una reforma de nosotros mismos.
• La belleza del matrimonio. El matrimonio es «un camino exigente, a veces difícil y a veces complicado, pero vale la pena hacer el esfuerzo».
  Las mujeres víctimas de la violencia. «Los testimonios de las víctimas que se atreven a romper su silencio son un grito de auxilio que no podemos ignorar. No debemos mirar hacia otro lado».

Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk