A veces nos gustaría estar entre los que caminaron con Jesús hace 2000 años. El Papa Francisco dice con valentía… incluso hoy día caminamos con ellos.

«los creyentes, cuando quieren ver y palpar a Jesús en persona, saben a dónde dirigirse, los pobres son sacramento de Cristo, representan su persona y remiten a él».

Dos preguntas

En su mensaje, el Papa nos plantea dos preguntas: ¿vemos a los pobres y qué vemos en ellos? 

¿Vemos (a los pobres) como personas perdidas, o peor, como personas a las que juzgamos responsables de su condición?

Parece que se está imponiendo la idea de que los pobres no sólo son responsables de su condición, sino que constituyen una carga intolerable para un sistema económico que pone en el centro los intereses de algunas categorías privilegiadas. Un mercado que ignora o selecciona los principios éticos crea condiciones inhumanas que se abaten sobre las personas que ya viven en condiciones precarias. Se asiste así a la creación de trampas siempre nuevas de indigencia y exclusión, producidas por actores económicos y financieros sin escrúpulos, carentes de sentido humanitario y de responsabilidad social.

¿O los vemos como aquellos a través de los cuales llega el Evangelio, la buena noticia?»

Evangelizados por los que son pobres

El Papa Francisco cree que «los pobres son los verdaderos evangelizadores«. Los que siguen a Vicente De Paúl hoy día seguro que reconocen la frase.

Los pobres de cualquier condición y de cualquier latitud nos evangelizan, porque nos permiten redescubrir de manera siempre nueva los rasgos más genuinos del rostro del Padre. Ellos tienen mucho que enseñarnos. Además de participar del sensus fidei, en sus propios dolores conocen al Cristo sufriente. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por ellos.

As a young French priest put it…

Como decía un joven sacerdote francés:

Los pobres nos señalan el corazón de nuestra fe, el misterio pascual.

La muerte de Jesús en la cruz es, ante todo, una experiencia de injusticia y de desprecio, como la cruz que pesa sobre ellos.

Jesús sufre porque es «tenido por nada», como dice Pedro en los Hechos de los Apóstoles.

Acepta ser atado a la cruz de los pobres, lo que debe conmover nuestra entraña.

Al mismo tiempo, el soplo de la resurrección entra también en nuestro mundo a través de los pobres.

Ellos tienen la capacidad de buscar la vida que pasa a través de la muerte, la luz que pasa a través de la oscuridad.

El Papa Francisco cree que

Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos.

Una cuestión fundamental

La pregunta fundamental que debemos hacernos en la Iglesia es: ¿queremos unirnos a su lucha? Francisco insiste en pasar de la caridad al compartir:

Compartir nuestros bienes, nuestro tiempo con los pobres es importante. Pero, en la actitud de dar limosna a los pobres, seguimos centrados en lo que viene de nosotros.

En cambio, cuando se trata de compartir su lucha, nos dejamos mover hacia lo que ellos compartirán con nosotros.

Muchos escucharán los ecos de San Vicente cuando Francisco predique en la misa de la Jornada Mundial de los Pobres:

«Si nuestra esperanza no se traduce en decisiones y gestos concretos de preocupación, justicia, solidaridad y cuidado de nuestra casa común, no se aliviarán los sufrimientos de los pobres, no se convertirá la economía del despilfarro que les obliga a vivir en los márgenes, no florecerán de nuevo sus expectativas».

¿Tus reacciones?

• ¿Qué pueden enseñarte los pobres?
• ¿Te unirás a la lucha del Cristo que ves en los pobres?

Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk