Los traficantes de personas explotan a las personas que se desplazan y a los inmigrantes recién llegados debido a sus precarias circunstancias sociales y económicas. Los inmigrantes indocumentados corren un riesgo aún mayor porque viven con el temor constante a ser detenidos y deportados. La guerra y los conflictos en muchas partes del mundo están provocando que más personas se conviertan en refugiados, abandonando sus países de origen, a menudo con poca antelación. Los padres de Centroamérica envían a sus hijos no acompañados a Estados Unidos con la esperanza de que estén a salvo de las bandas y la violencia en sus propios países.

La Organización Internacional de las Migraciones afirma que «el cambio climático aumenta el riesgo de desastres naturales y ejerce presión sobre los medios de subsistencia; exacerba la pobreza y puede causar potencialmente situaciones de conflicto e inestabilidad». El papa Francisco afirma en su encíclica Laudato Si’ (25): «Es trágico el aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental, que no son reconocidos como refugiados en las convenciones internacionales y llevan el peso de sus vidas abandonadas sin protección normativa alguna. Lamentablemente, hay una general indiferencia ante estas tragedias, que suceden ahora mismo en distintas partes del mundo». Las inundaciones, los incendios, la sequía, las fuertes tormentas… todo contribuye a obligar a la gente a emigrar en busca de comida, refugio y trabajo. Los traficantes de personas abundan allí donde existe la vulnerabilidad humana.

Existe una conexión entre la desigualdad de género y la trata de personas. A nivel mundial, las mujeres y las niñas representan el 71% de todas las víctimas de la trata, mientras que los hombres y los niños representan alrededor del 29%. Las mujeres y las niñas están expuestas a formas específicas de explotación, como la explotación sexual y la violencia, la servidumbre doméstica y el matrimonio forzado. Los hombres y los niños son víctimas de trabajos forzados (63%) y de extracción de órganos (82%). Uno de los Objetivos Sostenibles de las Naciones Unidas es lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas. Destaca que la igualdad de género no sólo es un derecho fundamental, sino también una base necesaria para un mundo pacífico, próspero y sostenible.

La Junta Directiva de las Damas de la Caridad de EE.UU. en 2010 estableció «una prioridad para la educación y la acción de defensa de la violencia contra las mujeres en un intento de aliviar las nefastas consecuencias de la violencia de género para las mujeres, los niños, las familias y las comunidades». Las Damas de la Caridad unieron su voz a la de nuestros colaboradores vicentinos y de la Iglesia para «abordar la trata de personas y sus múltiples formas de esclavitud» (Resolución sobre la trata de personas de LCUSA, 14/4/2011).

La trata de personas está impulsada por una red interconectada de injusticia social y apatía humana. El papa Francisco dice en Fratelli Tutti que «la trata de personas y otras formas actuales de esclavitud son un problema mundial que necesita ser tomado en serio por la humanidad en su conjunto».

Una organización que se está tomando en serio la trata de personas es U. S. Catholic Sisters Against Human Trafficking (www.sistersagainsttrafficking.org). Se guían por los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y trabajan para poner fin a la trata de seres humanos mediante la sensibilización, el apoyo a los supervivientes en su camino hacia la curación y la defensa de políticas públicas que erradiquen esta afrenta a la dignidad humana.

En los Estados Unidos, hay dos leyes que deben ser reautorizadas por el Congreso y que son cruciales en el trabajo en curso para acabar con la trata de personas y apoyar a los supervivientes: La Ley de Protección de las Víctimas de la Trata y la Ley de Violencia contra la Mujer. Además, la Ley de Declaración de Derechos de los Trabajadores Domésticos (HR 3760) (S. 2112) necesita nuestro apoyo. Los trabajadores domésticos representan el mayor porcentaje de situaciones de tráfico laboral denunciadas a la línea telefónica nacional de tráfico de personas de EE.UU.* Se nos insta a contactar con nuestros representantes en el Congreso y exigir la igualdad de derechos para todos los trabajadores.

El 8 de febrero, fiesta de Josefina Bakhita, patrona de las víctimas de la esclavitud moderna y la trata de personas, es también conocido como el Día Mundial de Oración, Reflexión y Acción contra la Trata de Personas. El cardenal Michael Czerny, SJ, subsecretario de la Oficina del Vaticano para los Migrantes y los Refugiados, dijo: «Mientras mantengamos los ojos y los oídos cerrados, y sigamos pretendiendo que la trata de personas es algo que hacen los bárbaros en el otro lado del mundo, va a continuar, y va a empeorar. La trata de personas está ocurriendo en nuestros barrios; está ocurriendo en tu propio barrio». Acabar con la esclavitud es tarea de todos.

Marie A. Copeland
Enlace de Defensa de la Región Noreste Damas de la Caridad, EE.UU.
aic.ladiesofcharity.us

*(Línea nacional de ayuda contra la trata de personas: 1-888-373-7888 o *Texto «BeFree» 233733; Línea de ayuda internacional 1-802-872-6199).

polarisproject.org – Actuar en temas de trata de personas