Deseo desarrollar brevemente dos ideas sobre la comunicación en las que creo que deberíamos reflexionar. Una es la sobresaturación informativa que, aunque siempre ha habido, en este momento de pandemia se ha desbordado, dejándonos en un estado de incertidumbre, que es uno de los peores que podemos vivir. Uno dice una cosa y el otro dice otra, las cifras no cuadran y los tertulianos “negacionistas” siembran el caos total.

En este sentido, creo, de verdad, y lo aplico en lo que a mí respecta como si fuera una vacuna, en dos pensamientos, uno el crítico, el que analiza, el que contrasta y deja de lado lo inverosímil y se centra en discernir lo posible. El otro, mucho más positivo, el del sentido común, que todos poseemos y que debemos ejercitar siempre ante las “boutades” que escuchamos.

Recapitulemos: Crítica, discernimiento y sentido común.

La otra idea sobre la comunicación es la lastimable forma que tenemos de escuchar. La escucha es un acto de voluntad y por lo tanto un acto que requiere cierto esfuerzo y cierta acogida de la persona, o de la conversación, o del discurso que escuchamos. A veces intervienen negativamente prejuicios, faltas de atención y ruidos. Se llama ruido en comunicación a todo aquello que se interpone entre el mensaje y el que lo escucha, es decir entre el emisor y el receptor. Y cuantas veces, cuando nos hablan, el pensamiento vuela a otras esferas y nos impide escuchar a los demás.

Por eso debemos evitar prejuicios hacia el mensaje y hacia el emisor y, a su vez, evitar las propias distracciones que nos llevan a nuestros propios asuntos y manejar bien los silencios, que son más difíciles que manejar las palabras.

María Luisa Téllez,
Vicepresidenta de Formación Internacional
Sociedad de San Vicente de Paúl
Fuente: Ozanam Network