Hace 50 años un grupo de religiosas de la Compañía de las Hijas de la Caridad, recorría los lugares más pobres de Santiago rescatando y dando hogar a cientos de niños, niñas y adolescentes. En la actualidad, ese mismo espíritu de amor aún vive y transforma vidas.

Chile, para la región latinoamericana, se ha transformado en un país receptor de flujos migratorios. Esto es evidente si miramos las estadísticas nacionales, ya que hoy la tasa de personas extranjeras que forman parte de la población nacional supera el 9%. Treinta años atrás, esta tasa no superaba el 1,5%. Contexto poblacional complejo, si pensamos que Chile no es un país que está estaba preparado desde el Estado y el sector privado para tan grande flujo migratorio. Sumado a ello, debemos agregar que las personas que decidieron migrar a Chile, lo hicieron -y todavía lo hacen- pensando que su calidad de vida sería mejor en factores como seguridad social, acceso expedito a la atención de salud, seguridad ciudadana, educación para sus hijos, mejores salarios. La realidad que constatamos como organización solidaria, casi siempre es muy distinta.

Fundación Regazo es una obra social que entendió las dificultades de la migración forzada. Ya sea por falta de futuro económico y/o las crisis político-sociales, las cuales los países del hemisferio sur vivimos muy a menudo Es por esto que nuestra mirada hoy, está enfocada en construir espacios para la promoción humana y el diálogo intercultural de los cientos de personas que migran a Chile. Fruto de esta mirada, son en particular el Jardín Infantil Regacito (@regacito) y el proyecto MIGRALAB (@migralab.chile). Dos obras fraternas con la niñez y adolescencia migrantes que buscan garantizar, tanto para ellos como para sus familias, ambientes de protección y promoción en virtud de hacer sus vivencias en Chile más inclusivas y con una red de apoyo más potente.

“Una familia que migra no son solo historias y culturas que se mueven de un lugar a otro, son también sueños de esperanza por una sociedad que los acoge en justicia, en derechos y con nuevas oportunidades”, nos cuenta la actual directora de Fundación Regazo, la hermana Germana Tola; italiana, misionera y migrante. El enfoque intercultural de Fundación Regazo está en estas palabras, está en lo cotidiano de escuchar al otro que busca una puerta que se abra para su asilo o su promoción humana. “Nuestra invitación -finaliza la Hermana Germana Tola- es que hoy conozcan la maravillosa obra que es Regazo, una obra al fin del mundo. Queremos que la familia vicentina del mundo nos busque para dialogar y compartir experiencias sobre los cambios que en unidad podemos realizar para favorecer las experiencias de vida de las personas que un día, solos o con sus familias, decidieron traspasar sus fronteras nacionales, culturales o de pobreza”.

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