“Para servir e iluminar, para pronunciar una palabra redentora, para ser una mano amiga”. Con este lema celebraron su año jubilar los Hermanos de Nuestra Señora Madre de la Merced (CMM), en el que celebraron su 175 aniversario (1844-2019), inspirado en las reglas de vida de los hermanos. Quisieron tomarse el lema en serio, y como parte del jubileo, lanzaron el proyecto “Albergar a los sintecho”, inspirado en la Campaña “13 Casas” de la Alianza Famvin con las personas sin hogar.

Los CMM nacieron en Tilburgo, Países Bajos, fundados por el obispo Joannes Zwijsen, con la misión de aliviar la pobreza que encontró en esta ciudad industrial de rápido crecimiento y las áreas rurales próximas.

Los Hermanos agradecen las donaciones que recibieron con este fin. Con el apoyo financiero de los hermanos y hermanas de otras congregaciones y muchos otros amigos y patrocinadores, los Hermanos han comenzado a materializar sus planes.

De un “edificio” a un “hogar” en Namibia

Los Hermanos conocieron a Elizabeth Katrina, de 75 años, en Namibia. Cuando era más joven, trabajó para la Iglesia y tenía un salario modesto. La Iglesia le pidió que ayudara con la recepción y orientación de los refugiados del Congo y Angola en la década de los 90. La parroquia de Windhoek proporcionó una casa en la que Elizabeth vivía gratis y donde cuidaba de los refugiados.

Cuando se jubiló, tuvo que abandonar la casa. Con su pensión, compró un terreno y construyó una casa. Sin embargo, no pudo completarla ni amueblarla, pero no tuvo más remedio que vivir en ella de todas formas.

Ya que Elizabeth siempre estaba dispuesta a cuidar de los demás y “albergar a los sin hogar”, los Hermanos sintieron que candidata a la ayuda del proyecto de su jubileo. La casa necesitaba tuberías de agua, un baño con ducha, una cocina, paredes enyesadas y electricidad. El 1 de octubre de 2019, Elizabeth finalmente tuvo una casa terminada, un lugar al que llamar hogar.

Camas en los Países Bajos

La pobreza también existe en un país rico como los Países Bajos. Hay familias que no tienen suficiente dinero para pagar el alquiler y las facturas, que tienen deudas y no pueden pagar alimentos saludables. En estas familias, a menudo tampoco hay suficiente dinero para comprar una cama con mantas calientes. Sin embargo, los padres prefieren que no decir nada a los servicios sociales, por temor a que piensen que son malos padres, que no quieren lo suficiente a sus hijos como para darles una cama decente.

A veces, sin embargo, como consejero, si tienes una relación de confianza con la familia, es posible que conozcas este «secreto». Pero incluso entonces, no hay solución fácil dada la falta de servicios que provean camas gratis. Al ser un problema oculto, no hay solución organizada.

El «Equipo contra la Pobreza» de Tilburg encontró una organización de caridad dispuesta a donar algo de dinero , por lo que compraron camas, colchones y ropa de cama. Otra organización les prestó sus instalaciones y voluntarios, por lo que las camas llegaron a varias familias pobres de la ciudad.

Pronto surgió una lista de espera, ya que resultó que había más familias necesitadas que fondos disponibles. El “Equipo contra la Pobreza” no quiso defraudar a los niños, por lo que comenzaron a buscar más donantes. Así, encontraron a los Hermanos. Gracias al proyecto del jubileo de los Hermanos neerlandeses, 209 niños de 98 familias tienen camas nuevas.

Una cama y una manta: puede que no parezca gran cosa para los neerlandeses, pero para estos niños algo esencial ha cambiado: ahora pueden dormir bien e ir a la escuela con más energía. Ahora también tienen el valor de invitar a amigos, porque ya no se avergüenzan de su habitación, que antes solo tenía un colchón desnudo. ¿Y los padres? Están muy agradecidos por las generosas donaciones. Es un gran consuelo para ellos el saber que se sabe de sus necesidades y están atendidas, al menos en parte.

Fuente: Vincentian Homeless Alliance