Carolina Nemo se enseñó a sí misma a dejar de usar la oración sólo para pedir a Dios algo que necesitaba, sino para pedir lo que Dios necesita de ella. A través de esta transformación, descubrió que hay alegría en la oración, hay amor en la oración y hay paciencia en la oración.
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Nota: los videos son en inglés, pero ofrecemos la traducción al español a continuación del video.
Transcripción:
Al principio, en la oración siempre pensaba: «Oye, Dios, ¿podrías ayudar a una hermana? Realmente necesito esto, necesito aquello…» Pero luego, con los años, ha sido menos hablar y más escuchar. Ya sea leyendo las escrituras o simplemente estando presente ante el Sagrado Sacramento. Y simplemente tratar de asimilar lo que el Señor está tratando de decirme a través de estas escrituras, a través de estas reflexiones, y ver cómo Dios está realmente abriendo nuestros corazones para hacer su voluntad a su manera, no a nuestra manera. Tenemos que mantener a Dios en medio de esto porque, a través de la oración, reconocemos que somos seres humanos pecadores y que Dios nos está llamando a profundizar y a mirar más allá de nosotros mismos. Y tengo que ser paciente, y tengo que ser humilde, y darme cuenta de que Dios es Dios y yo sólo soy un ser humano.
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