Jonathan Nemo nos habla de cómo la oración crea una invitación a transformarse a través de Dios. Una vez que aprendemos a aceptar lo que no podemos cambiar, podemos rezar y trabajar por las cosas que sí podemos.
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Nota: los videos son en inglés, pero ofrecemos la traducción al español a continuación del video.
Transcripción:
Tan pronto como abrí un resquicio a la puerta, Jesús irrumpió y empezó a cambiar mi vida. Durante mucho tiempo, no quise mirarle a Él. Quería encontrar mi propio camino, porque solía obsesionarme mucho con lo que la gente tenía que decir. Y las cosas que no puedo cambiar son las otras personas, y cómo reaccionan, pero puedo cambiarme a mí mismo. Soy un pecador y necesito toda la ayuda posible. La oración, para mí, es una forma de ser humilde y más paciente con los demás, especialmente con las personas más cercanas. Y así, sin la ayuda de Dios, no sería capaz de ser tan amable y generoso como debería. Y creo que es una bendición que me haya dado cuenta de ello y que no intente hacerlo por mi cuenta. La oración es la piedra angular de todas mis relaciones y me apoyo en ella. Nuestro Padre Celestial es generoso y trata de derramar sus gracias sobre nosotros constantemente para ayudarnos a superar esos pequeños problemas o aquellos grandes problemas. Dedicando tiempo a la oración, el Señor nos permite hacer las cosas que necesitamos hacer.
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