A través de la oración y de una estrecha relación con Dios, Christopher Grosso se dio cuenta de que la oración va más allá de la conexión personal con Dios. La oración puede influir en todo lo que nos rodea; así pues, recemos por nuestra familia y seres queridos, y recemos por el bien común.
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Nota: los videos son en inglés, pero ofrecemos la traducción al español a continuación del video.
Transcripción:
De joven, la oración para mí era obligatoria. Era algo que se suponía que debía hacer, en la que debía agradecer a Dios su grandeza, agradecerle lo bueno que había en mi vida, y luego esperar que su gracia me fuera concedida. Y eso estaba bien cuando era joven. Satisfacía una necesidad en ese momento, especialmente cuando tenía muchas preocupaciones sobre lo que la vida me deparaba. A menudo, cuando tengo una pregunta en la vida y se la planteo a Dios en la oración, siempre digo: «Dios, ¿debo hacer esto? Dios, ¿cómo me afectará esto?». Pero a menudo encuentro que Dios habla a mi corazón, recordándome que no se trata de mí, que no se trata de mi persona, que mis decisiones tienen un efecto sobre mis seres queridos, mis amigos, mis vecinos, la comunidad, y que debo mirar más allá del «yo» al tomar decisiones y pensar en el bien común. Dios es la fuente y la cumbre del amor. Él es la fuente y la cumbre de la misericordia, de la compasión. Me encuentro de forma natural, sin ningún esfuerzo consciente, siendo más relacional con las personas de mi vida, siendo más comprensivo, más indulgente. Así que, a medida que construyes tu relación con Dios, eso sólo puede fortalecer tu relación con los que te rodean.
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