DÍA 4: Un amado padre
Motivación Inicial: ¿No le gustaría haberle amado durante toda su vida, como la santísima Virgen? Pues bien, entreténgase con frecuencia en estos actos tan hermosos, tal como desea de usted su divina majestad, y crea que ésas son las lámparas encendidas de esas vírgenes sensatas que, por esta causa, fueron admitidas en las bodas eternas del Esposo. ¡Qué hermosa disposición es ésta para entrar con él! (SV XI, 66-67)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canto a elegir.
Oración inicial
Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal.
¡Amén!
Meditando la Palabra de Dios: Mt 1,16.
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.
Momento de reflexión y silencio.
Preguntas para compartir:
- ¿Cómo podemos expresar el amor amado de Dios en nuestra vida diaria y en la vida de los más pobres?
- ¿Identificamos a los misioneros y misioneras vicentinos por su forma de vivir?
Preces
Palabra de San Vicente:
Es verdad que la caridad, cuando habita en un alma, ocupa por entero todas sus potencias: no hay descanso; es un fuego que actúa sin cesar; mantiene siempre en vilo, siempre en acción, a la persona que se ha dejado abrazar una vez por él. ¡Oh Salvador! La memoria ya no quiere acordarse más que de Dios, detesta todos los demás pensamientos y los considera como importunos, los rechaza y admite sólo a los que le representan a su amado y que pueden agradarle; necesita a toda costa hacerse familiar su presencia, necesita que su presencia sea continua en su alma. (SV XI, 132)
Palabra del Papa Francisco:
La grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús. En cuanto tal, «entró en el servicio de toda la economía de la encarnación», como dice san Juan Crisóstomo. San Pablo VI observa que su paternidad se manifestó concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa».
Oración final
Oh Glorioso San José, hombre justo, fiel y bueno. Eres reflejo de la paternidad de Dios y patrono de las vocaciones vicencianas. Por ti ponemos nuestra esperanza y confianza en Jesús.
San José, a quien Dios encomendó el cuidado de la Familia de Nazaret, sea el padre y protector de nuestra Familia Vicenciana e inspíranos con la gracia de vivir siempre en fidelidad y amor, sobre todo el compromiso por el derecho y la justicia hacia el los más pobres.Toma nuestros jóvenes vocacionados, nuestras comunidades, provincias y trabajos bajo tu protección.
Oh Dios, por intercesión de San José, “envía buenos operarios a tu Iglesia, para trabajar en tu viña, que sean buenos de verdad, aunque sean en menos número (SVP)”. Amén.
San José, ruega por nosotros.
San Vicente de Paúl, ruega por nosotros.
Autor: Ramon Aurélio Júnior da Cunha (Província Brasileira da Congregação da Missão)
Traducción: Cleber Fábio Oliveira Teodósio
Fuente: Servicio de Animación Vocacional Vicentino – Brasil
Pulse sobre la imagen para descargar la novena completa:
0 comentarios