La palabra “Confraternidad” está formada con raíces latinas y significa «relación de amistad y afecto propio de hermanos». Es el vínculo o conexión de parentesco que hay entre hermanos. Significa y nos refiere a: amistad, compañerismo, camaradería, lealtad y unión de voluntades. Se le suele también denominar hermandad, con la misma acepción.
A inicios del año 2018, la Familia Vicentina de la América Latina (Favila), planteó en su plan de trabajo la creación de las Confraternidades Vicentinas. Pero no ha sido hasta en este año 2020, cuando se produjo una gran participación de personas creando grupos con gente afines a sus profesiones. Los miembros de estas confraternidades comparten su diario vivir, con el compromiso vicentino a flor de piel, desde la alegría de poder servir al mismo Jesús, en la persona de los más empobrecidos. Fue así como surgieron las distintas Confraternidades Vicentinas; primero en América Latina, y muy prontamente sobrepasando los límites de este continente.
Actualmente tenemos la necesidad de crear, extender y fortalecer la experiencia de las Confraternidades en todos los países. Y no solo de profesionales, sino también en torno a todos los oficios que tengan que ver con el servicio a la comunidad. Todo esto va dirigido a nuestros amos: Los Pobres. Debemos poner nuestros talentos al servicio de los necesitados y para ello necesitamos que en cada país, estado, pueblo o comarca, exista una confraternidad para ayudar a los que no pueden pagar por dichos servicios.
Pongamos un ejemplo: usted es un mecánico de autos en su comunidad y pertenece a la Confraternidad. De pronto, a una madre soltera que necesita el carro para trabajar y darle de comer a dos hijos se le descompone el carro, y no tiene como arreglarlo. En este preciso momento, a usted se le estará presentado la oportunidad de ayudar a esa pobre señora, quien aunque no le vaya a pagar, le estará permitiendo recibir la compensación más grande, porque vendrá directamente de Dios.
Es necesario que usted, que tiene un oficio o profesión, se una a estas comunidades para que le devuelva al Señor un poquito de lo mucho que Él le regala todos los días. Si no existe la confraternidad en su área, usted puede reunir a varios colegas y crearla… y extenderla al mundo entero… Y así, estará abrazando en su corazón la gran virtud de la caridad.
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Escrito por Víctor Martell SSVP.
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