En el 2015, el papa Francisco publicó Laudato Si’, una encíclica sobre el cambio climático y la desigualdad. La siguiente es una reflexión sobre sus palabras y una consideración de cómo Laudato Si’ comunica y afirma, a la vez, el trabajo de Alianza Famvin con las personas sin hogar. La reflexión se publicará en tres partes.
A su vez, te pedimos que reflexiones sobre qué contribuciones únicas podría aportar la Familia Vicentina al movimiento por la justicia ambiental y social.
En julio del 2012, la temporada de monzones desplazó a 6,9 millones de personas en la India. En el siguiente mes de agosto, 2,1 millones de personas fueron desplazadas en China por el tifón Haikui. Luego, en octubre, las inundaciones estacionales de Nigeria desplazaron a 6,1 millones y en diciembre, el tifón Pablo azotó Filipinas y, posteriormente, desplazó a otros 1,9 millones.
Al año siguiente, 2013, fue elegido papa el cardenal Jorge Mario Bergoglio. Eligió el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, convirtiéndolo en el primer Papa Francisco. Francisco de Asís mostró tal amor por la creación y todo lo que residía dentro del planeta Tierra que desde entonces ha sido considerado el Santo Patrón del Medio Ambiente. También es conocido por su dedicación a los pobres y su preocupación por el bienestar de todos los seres humanos. A la luz del carácter de San Francisco y todo lo que ocurrió en el 2012, la elección del nombre por parte del Papa Francisco parece más que apropiada.
En el 2015, el papa Francisco publicó la encíclica Laudato Si’. El párrafo inicial se refiere a las palabras del Cántico del Sol (o cántico de las Criaturas) de San Francisco de Asís: “Alabado seas, mi Señor, por nuestra Hermana, la Madre Tierra, la cual nos sostiene y gobierna” (sec. 1). Estas palabras son la base de una encíclica que continúa atacando el deterioro ambiental global que los seres humanos han causado y llama a la acción, no solo a la Iglesia católica, sino a todas las personas vivas.
Y es fácil ver por qué. El aumento del nivel del mar provocará que decenas de cientos de millones de personas más se inunden y se desplacen de sus hogares cada año tras un calentamiento global de 3°C ó 4°C. Habrá graves riesgos y presiones crecientes para la sostenibilidad y la longevidad de áreas en el sudeste asiático, particularmente, Bangladesh y Vietnam, pequeñas islas en el Caribe y el Pacífico y grandes ciudades costeras, como Tokio, Nueva York, El Cairo y Londres. Según una estimación, a mediados de siglo, 200 millones de personas podrían verse desplazadas de forma permanente como resultado directo del cambio climático.
Como tal, no se debe subestimar la importancia de la crisis climática y Laudato Si’ para los vicentinos y las vicentinas en todo el mundo.
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