Jesús, ¿un radical?
La respuesta simple es: sí. Jesús fue radical en su ministerio y en sus enseñanzas. Cuestionó a los dirigentes de la fe judía, echó a la gente del templo, denunció a escribas y fariseos, realizó curaciones y milagros en sábado, e incluso comió sin lavarse las manos. Todo su Sermón de la Montaña puso las tradiciones y leyes judías aparentemente al revés.
La respuesta simple es que Jesús era un radical; sin embargo, no creo que sea tan simple.
Jesús era un radical totalmente comprometido a hacer la voluntad de Dios. Era un servidor de sus seguidores, y también un líder. Era radical en cuanto a lo que era realmente importante para él.
¿Qué era realmente importante para Jesús?
Sabemos que, durante toda su vida, lo más importante para él era su misión de llevar las «buenas noticias» del Reino de Dios a una humanidad confundida y sufriente. Concretó su mensaje en la imagen del Reino de Dios donde todos eran bienvenidos (Mt. 25). Él quería el reino de Dios.
Anunció que, los que entendían el reino, se trataban unos a otros como hermanos y hermanas (Mt 25), como lo que era importante para Dios. Los primeros seguidores le preguntaron cómo debían rezar. Les enseñó, sobre todo, a rezar el «Padre Nuestro» y que venga el reino de Dios (Cfr. 11,24, Mt 25,31)
El Catecismo de la Iglesia Católica
No es de extrañar que el Catecismo de la Iglesia diga que lo que rezamos debe centrarse en la oración «venga tu reino».
- La súplica cristiana se centra en el deseo y la búsqueda del Reino venidero, de acuerdo con la enseñanza de Cristo. #2632
- Hay una jerarquía en estas peticiones: rezamos primero por el Reino, luego por lo que es necesario para acogerlo y cooperar con su llegada. #2632
- Por medio de la oración, todo bautizado trabaja por la venida del Reino. #2632
Esto nos da un contexto para todo lo demás por lo que rezamos.
- Cuando compartimos el amor salvador de Dios, entendemos que cada necesidad puede convertirse en objeto de petición. #2633
Rezar por el reino es rezar por un cambio sistémico
Debo admitir que nunca pensé en el Padre Nuestro como una oración por un cambio sistémico. A menudo, sin darme cuenta, he tendido a pensar en el reino en términos de futuro.
Pero, al reflexionar ahora sobre lo que era importante para Jesús en el aquí y ahora de nuestras vidas, me doy cuenta de lo mucho que estoy rezando por un cambio sistémico en mi conciencia. El reino está despertando a lo que somos como hijos e hijas y hermanos y hermanas. Por eso podría decir «Porque he aquí que el reino de Dios está entre vosotros» (Lc 17,21).
¿Cómo podría ser un cambio más radical en mi conciencia y en cómo vivo en esa realidad?
Rezar por lo que es realmente importante
- Aparte del Padre Nuestro, ¿rezo por la venida del reino como Jesús lo pidió?
- ¿Me doy cuenta de que rezar «venga tu reino» es rezar por el mayor cambio sistémico de todos los tiempos y personas?
- ¿Rezar para que venga el reino descarta rezar por las cosas que más frecuentemente pedimos a Dios?
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