Como es habitual por estas fechas, el padre Tomaž Mavrič, CM, Presidente del Comité Ejecutivo de la Familia Vicenciana, envía a toda la Familia Vicenciana una reflexión con ocasión de la fiesta de san Vicente de Paúl, el próximo 27 de septiembre:
La Alianza FamVin con los sin hogar (FHA) y las oportunidades y desafíos post-COVID-19 para la Familia vicenciana en el mundo entero.
JUNTOS EN LA ORACIÓN, EL PENSAMIENTO Y LA ACCIÓN
Queridos hermanos y hermanas,
¡La gracia y la paz de Jesús estén siempre con nosotros!
Apenas acababa de comenzar el año 2020, y ya nos traía tantos desafíos inesperados, incertidumbre, sufrimiento y muerte con un denominador común: el COVID-19.
Mientras el virus se propagaba de un país a otro para llegar al mundo entero, las diferentes ramas de la Familia vicenciana comenzaron a trabajar para atenuar las numerosas consecuencias nefastas que este virus infligía a la humanidad. A nivel internacional, la Familia vicenciana:
- ha enviado un mensaje de aliento con la promesa a todos los miembros de cada Congregación y Asociación de una oración constante, así como a los que no pertenecen oficialmente a una rama específica de la Familia, pero están inspirados en la espiritualidad y el carisma de san Vicente de Paúl y lo viven cotidianamente. En estos tiempos difíciles, pedimos al Señor que bendiga siempre los numerosos y maravillosos servicios y obras de misericordia de cada rama en favor de los pobres. Estas obras están modeladas por el mismo espíritu y el mismo carisma y son verdaderamente signos de que el «Reino de Dios está cerca» y de que es para los pobres, un mensaje más importante que nunca.
- ha invitado a los miembros de la Familia vicenciana a rezar por la intercesión de san Juan Gabriel Perboyre, CM, el primer santo canonizado de China, para pedir la curación de los enfermos del COVID-19 y la fortaleza para los agentes sanitarios, sociales y religiosos, las autoridades públicas y todos aquellos que, de todas las formas posibles, se esfuerzan en aliviar los sufrimientos causados por la pandemia. Era una respuesta a numerosas sugerencias porque san Juan Gabriel fue martirizado, en 1840, por estrangulamiento en una cruz en Wuhan, China, la ciudad en la que apareció por primera vez el virus de la COVID-19.
Recientemente, el Padre Andrzej Jarosiewicz, párroco de la Basílica de la Bienaventurada Virgen María en Bolesławiec, Polonia, ha compuesto una oración para pedir la intercesión de san Juan Gabriel Perboyre. Tras el descubrimiento de las reliquias de san Juan Gabriel Perboyre, hace algunos meses, se colocó el relicario en el altar mayor donde las reliquias se pueden ver y venerar cotidianamente. Con este sacerdote, quisiera animar a la Familia vicenciana a rezar esta oración y a difundirla ampliamente.
Oración a San Juan Gabriel Perboyre, CM
San Juan Gabriel Perboyre, sacerdote y mártir,
dígnate responder a la oración de la Iglesia, a la que serviste toda tu vida.
Te pedimos la gracia de preservarnos de la pandemia de coronavirus
que está asolando a la humanidad
y que tiene su origen en los lugares santificados por tu misión y tu muerte como mártir.
Por amor a la Iglesia, tu familia, te pedimos la curación para todos los enfermos,
fuerza y paciencia para el personal sanitario y todos los que les ayudan,
la luz del Espíritu Santo para los que gobiernan
y tratan de detener la pandemia,
la paz del corazón para los que se desesperan.
Obtén, para aquellos que han dejado este mundo como resultado de la pandemia,
la gracia de la felicidad sin fin y el consuelo a sus familias.
Que la ofrenda de tu martirio por estrangulamiento
nos obtenga de Dios la gracia de liberarnos de la pandemia
que siembra la muerte, el miedo y la incertidumbre en el mundo de hoy.
En comunión contigo y con la Iglesia,
que amaste hasta el final,
siguiendo el ejemplo del Salvador,
invocamos la intercesión de la Madre de la Iglesia ascendida al cielo,
diciendo:
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios.
No deseches las oraciones que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
- ha organizado un tiempo de oración titulado: «La oración de la Familia vicenciana por las necesidades del mundo», por los que sufren las terribles consecuencias del COVID-19, del racismo y de otras pandemias que atentan contra la dignidad humana. En el futuro, prevemos renovar esta experiencia de oración hecha posible gracias a la tecnología moderna.
En plena pandemia de COVID-19, se ha producido otra tragedia en el Líbano. La explosión en Beirut ha provocado mucha miseria humana y material: numerosas personas han muerto y han resultado heridas, y más de 300 000 familias se han encontrado sin hogar.
Una vez más, la Familia vicenciana ha respondido enérgicamente para aliviar los sufrimientos físicos, psicológicos y materiales. Cada rama de la Familia ha contactado con sus miembros en el Líbano para ayudarles a socorrer a las numerosas personas que han perdido todo en algunos minutos. El Comité ejecutivo de la Familia vicenciana (VFEC) también ha lanzado una campaña con la Comisión internacional de la Alianza Famvin con las personas sin hogar (FHA por sus siglas en inglés) para ayudar a los centenares de miles de personas sin hogar en la capital libanesa, a través del Consejo nacional de la Familia vicenciana en el Líbano, coordinado por su presidente nacional, el Padre Père Ziad Haddad, CM.
Este acontecimiento trágico y tantos otros en todo el mundo: guerras, terremotos, inundaciones y otras calamidades muestran claramente la importancia de un modelo para responder a las necesidades urgentes rápidamente y de la manera más organizada y eficaz posible. Cada vez más, queremos ser instrumentos afectivos y efectivos entre las manos de Jesús para dar testimonio de su misericordia, de su compasión y de su amor allí donde Él quiere enviarnos.
Para fortalecer las prácticas actuales, el modelo de la Familia vicenciana a nivel mundial es seguir creciendo en la práctica concreta de actuar y responder a la llamada de los pobres, juntos como Familia, como movimiento. Cada rama, ya sea grande o pequeña, es una parte preciosa del maravilloso mosaico que constituye la Familia vicenciana. A esto, le sumamos los miembros de la Familia vicenciana en el sentido más amplio de la palabra y juntos nos convertimos en una fuerza con la que los pobres del mundo pueden contar.
Por primera vez, el pasado mes de enero, todos los representantes internacionales de las 160 ramas de la Familia vicenciana, los Superiores generales y los Presidentes internacionales, fueron invitados a Roma para encontrarse, compartir, escucharse, hacer proyectos y tomar medidas concretas para avanzar. El tema era: «la Familia vicenciana avanza» al comienzo del quinto siglo de nuestra espiritualidad y de nuestro carisma comunes.
Uno de los temas era la Alianza Famvin con las personas sin hogar (FHA), de la que forma parte la Campaña 13 Casas. A lo largo del intercambio sobre este tema y otros, los participantes subrayaron la necesidad de continuar desarrollando la colaboración y el apoyo mutuo en la respuesta común a las necesidades de los pobres. El Comité ejecutivo de la Familia vicenciana confirmó la reflexión hecha en este encuentro: que la FHA con la Campaña 13 Casas es una iniciativa en el ámbito de la caridad que reúne a la Familia vicenciana y, por lo tanto, debe ser promovida sin reservas en el seno de la Familia vicenciana con el fin de llegar al corazón de cada miembro, para que cada uno tome una parte activa en nuestra iniciativa común.
Debido a que las necesidades de los pobres son infinitas, algunas necesidades son prioritarias en función del país en el que las diferentes ramas responden de forma adecuada a estas necesidades. Sin embargo, la Alianza Famvin con las personas sin hogar es nuestro único Proyecto común. Por consiguiente, debe ser promovida, ampliada e introducida en los 156 países en los que la Familia vicenciana está presente, para que ninguna Congregación o Asociación quede fuera de ella, sino que todas tomen una parte activa en la iniciativa en todos los rincones del mundo en los que vivimos y servimos.
La FHA actualmente ha cumplido tres años y ya ha dado maravillosos resultados. Los esfuerzos todavía deben ser desarrollados, intensificados y extendidos a los 1200 millones de personas sin hogar: personas que viven en la calle, refugiados que han tenido que abandonar su casa y personas que viven en alojamientos insalubres. Su número aumenta considerablemente en el mundo entero debido al COVID-19.
Quisiera volver sobre algunos puntos de la carta del año pasado para la fiesta de san Vicente de Paúl que, estoy convencido, son la clave para hacernos avanzar con el fin de que las 160 ramas oren, piensen y actúen juntas. Este año, estamos especialmente invitados como Familia vicenciana, como Movimiento vicenciano, a comprometernos aún más con la FHA, porque el mensaje del Papa Francisco para la 106ª Jornada mundial de los Migrantes y Refugiados, que providencialmente será celebrada el 27 de septiembre de 2020, habla de uno de los grupos de personas a los que ayudamos a través de la FHA. Por consiguiente, la fiesta de san Vicente de Paúl de este año es una ocasión extraordinaria para reafirmar nuestra participación o comprometernos a participar activamente en la FHA así como en el proyecto 13 Casas.
La FHA favorece la unidad en el seno de la Familia en su respuesta a las inmensas necesidades de las personas sin hogar. Los coordinadores internacionales y los miembros del consejo de administración de la FHA, gracias a sus numerosos años de experiencia y trabajo en el ámbito de las personas sin hogar, están a la disposición de toda la Familia vicenciana para ofrecer información y apoyo. Rápidamente, debemos llegar al punto en el que el problema de las personas sin hogar no será abordado individualmente, ya sea por una persona o una rama, sino como Familia a los niveles local, nacional e internacional. Cada rama debe aportar su larga historia de servicio a las personas sin hogar, su experiencia, su profesionalismo y sus recursos para afrontar juntos este desafío. En efecto, el Papa Francisco subraya en su mensaje: «Es indispensable colaborar para construir… debemos comprometernos a garantizar la cooperación internacional, la solidaridad global y el compromiso local, sin dejar fuera a nadie».
Con este fin, quisiera invitar a las 160 ramas de la Familia vicenciana a convertirse en colaboradores activos de la iniciativa de la Alianza Famvin con las personas sin hogar (FHA):
- Contactar, si no lo han hecho ya, con Yasmine Cajuste (info@famvin.org), miembro del comité de coordinación de la FHA, para recibir pautas e informaciones. También pueden visitar la página Web de la FHA: vfhomelessalliance.org.
- Compartir con Yasmine Cajuste y enviarle la riqueza de los conocimientos, de la experiencia y de los recursos que cada rama ha adquirido en el ámbito de las personas sin hogar.
- Introducir este objetivo en el proyecto anual de actividades de la rama específica que no participa todavía activamente en la FHA a los niveles internacional, nacional y local.
- Compartir las informaciones de la FHA con todos sus miembros para que cada uno esté al corriente de esta iniciativa y se sienta impulsado a ser un participante activo con las otras ramas en sus ámbitos de servicio.
- Animar a los miembros a participar activamente en los Consejos nacionales de la Familia vicenciana en los países en los que están constituidos. En los países en los que todavía no existen, animar a los responsables de las ramas a reunirse con el objetivo preciso de comprometerse juntos en la iniciativa de la FHA.
La lucha contra la falta de vivienda también es una respuesta al COVID-19. Si una persona no tiene un lugar donde vivir, todos los esfuerzos para poner fin al COVID-19 no tendrán el efecto deseado porque las medidas preventivas y los tratamientos médicos, para que sean efectivos, presuponen un alojamiento adecuado para la persona.
La pandemia del COVID-19 nos ha aportado, como individuos y como miembros de la Familia vicenciana mundial, numerosas oportunidades, así como desafíos. Esto también será cierto en el periodo post-COVID-19. El Papa Francisco nos recuerda sin cesar que el mundo, y nosotros como individuos, no podemos seguir siendo los mismos después del COVID-19. Nos haremos mejores, o retrocederemos y nos haremos peores. Lo mismo ocurre para nuestra Familia vicenciana, para nuestro Movimiento vicenciano. Durante este periodo pandémico, ya se han tomado muchas medidas maravillosas, ya se trate de nuevas formas de encuentros de oración, de distribución de alimentos u otras iniciativas y se seguirán tomando en el periodo llamado post-COVID-19, reuniendo cada vez más a la Familia.
¡Que la fiesta de san Vicente de Paúl sea una ocasión para asumir un compromiso común, ayudarse en el proceso, para que en la fiesta del próximo año podamos anunciar con una gran alegría que el objetivo de la participación activa de las 160 ramas de la Familia vicenciana en la FHA se ha hecho realidad, para gloria de Jesús y para el bien de los pobres!
Les deseo a todos una experiencia profunda de la Providencia que nos precede, ahora que entramos en el tiempo de las oportunidades y de los desafíos post-COVID-19.
¡Que Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, san Vicente de Paúl, todos los Santos, Beatos y Siervos de Dios de la Familia vicenciana continúen intercediendo por nosotros e inspirándonos en este camino!
Su hermano en san Vicente,
Tomaž Mavrič, CM
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