En su carta de abril de 2020 a los movimientos populares, el papa Francisco dijo: “Ustedes son para mí, como les dije en nuestros encuentros, verdaderos poetas sociales, que desde las periferias olvidadas crean soluciones dignas para los problemas más acuciantes de los excluidos.”

Mientras los estados declaraban el estado de emergencia para prevenir la propagación del nuevo virus, muchos gobiernos recomendaban el distanciamiento social y ordenaban el confinamiento de la población: todo el mundo debía quedarse en casa.

Como muchos de vosotros y vosotras en la Familia Vicenciana, el equipo de la Alianza Famvin comenzó a trabajar inmediatamente en estas difíciles cuestiones: ¿Y las personas sin hogar, todas esas personas que no tienen un lugar al que llamar hogar, que ya no pueden contar con los servicios y la buena voluntad de la gente? ¿y aquellos que no tendrán nada que comer porque han perdido sus empleos o si el o la cabeza de familia no sale a mendigar, vender, para hacer algún trabajo? Pero sobre todo nos preguntábamos ¿Qué debemos hacer?

Y la respuesta vino en forma de múltiples iniciativas de grupos de la Familia Vicenciana trabajando en esas “periferias olvidadas”, dispuestos a continuar su servicio a los pobres que viven el sinhogarismo y a atender las necesidades urgentes de niños y familias que viven en la calle, barrios informales, vertederos y campos de refugiados.

Necesitan ayuda financiera ya que el número de gente a la que apoyan se ha incrementado de forma rápida y continua. Especialmente al ponerse de relieve lo vulnerables que son estos grupos de personas sin hogar y las necesidades de emergencia que surgieron en muchos proyectos de la Campaña “13 Casas” y en otros lugares con presencia vicenciana.

La Campaña de la Alianza Famvin, lanzada en noviembre de 2018, fue llamada a adaptarse creativamente para poder responder a la llamada de los marginalizados. Lo hicimos a través de un llamamiento y una recogida de fondos que ha reunido 70 000$.

Los beneficiarios recibirán la ayuda en mayo y junio: comida para alimentar a sus familias por un mes, y en algunos casos, apoyo financiero para pagar facturas, medicinas, servicios de salud y productos de higiene.

Los países a los que apoyamos a través de esta respuesta son:

• África: Angola, Etiopía, Ghana, Kenia, Madagascar, Ruanda y Tanzania
• América: Bolivia, Ecuador, Guatemala, Perú (2 proyectos) y la República Dominicana.
• Asia: Filipinas.
• Europa y Oriente Medio: El Líbano, Rumanía y Ucrania.

¿Qué hacer para “encontrar soluciones a los problemas mas acuciantes de los marginalizados”? Apagar el fuego del hambre y la enfermedad en este tiempo de emergencia, centrarnos en soluciones sistémicas al sinhogarismo a través de la colaboración y continuar a transformar una vida de cada vez, para que todos tengan un lugar al que llamar hogar y participen activamente en su comunidad.

Aunque este fue el primer fuego que apagamos, seguimos comprometidos en centrarnos en la creación de medios de vida y la prevención del sinhogarismo continuando los proyectos de las 13 Casas cuando acabe esta crisis. Pero mientras no acabe, continuaremos recaudando fondos para estas iniciativas de emergencia, y necesitamos tu ayuda para difundir nuestro llamamiento.

Debemos confiar en la providencia divina. Con tu apoyo, podemos convertirnos juntos en “poetas sociales” y conseguir más, más allá de los límites de nuestro presupuesto y de las circunstancias de la pandemia. El distanciamiento social y las órdenes de quedarse en casa se convierten entonces en un contagio de amor y proximidad humana con aquellos en las periferias, cuyo “hogar” no existe, es provisional o poco seguro.

Fuente: Alianza FamVin con los sin hogar