Hoy me gustaría compartir con vosotros una historia, en lugar de una secuencia de acontecimientos sobre el inicio de un movimiento que cambió todo. Un movimiento que fue un signo claro para la Familia Vicenciana –Es nuestro momento, ¡momento para que la juventud se comprometa!
Cuando recuerdo el origen de Misevi Polonia durante el verano de 2014, la primera imagen que me viene a la mente es esta: cuatro chicas no muy conscientes de lo que que se iban a encontrar. Jóvenes idealistas que creían profundamente que el mundo podía cambiarse, sin saber que en apenas unos meses estarían en un avión rumbo a Fort Dauphin Madagascar. Estuvieron trabajando en una escuela local y una clínica, ayudando a las Hijas de la Caridad y a los Padres Paúles en su misión.
La segunda imagen es más amplia, a ella se incorpora gente nueva que trae muchísimo respaldo a las cuatro protagonistas. Son sus padres, colegas y amigos. Son desconocidos los que providencialmente se cruzan en sus esfuerzos. Todos ellos miraban a esas chicas y se preguntaban: ¿Por qué ¿Por qué están haciendo esto?” Algunos de ellos se unirán a Misevi, -misiones en Benin, Ucrania o Kazakistán-, mientras otros permanecerán en Polonia trabajando día a día y apoyando a los voluntarios que ayudan en diferentes partes del mundo.
Después de esto, veo a toda la gente que he conocido durante estos cinco años de pertenencia a MISEVI Polonia: los bebés recién nacidos que llevé al hospital de Madagascar, las madres asustadas por el estado de salud de sus hijos, los niños de las escuelas malgaches descubriendo sus talentos y habilidades, los pacientes que tras largos procesos de rehabilitación se recuperaban completamente y las Hijas de la Caridad trabajando día y noche. Veo sus lágrimas de emoción e impotencia, sus charlas en bajito, las confesiones en privado, el regreso a nuestras vidas, los sueños que se hicieron realidad. A pesar de ser un relato conmovedor, es lo más cercano a la imagen que guardo en mi corazón.
¿Por qué hablo de todo esto? Porque Misevi Polonia es la recopilación de historias, el resultado de muchos informes, la miscelánea formada por caracteres, personalidades y temperamentos peculiares. Y es esta diversidad la que nos hace salir al mundo fuertes, formando parte del mismo y son estas actitudes las que nos ayudan a trabajar de forma eficaz. Misevi Polonia es joven y variado pero no tenemos miedo a los retos porque somos conscientes del poder de la comunidad. La historia de MISEVI es la historia de la gente por la que hacemos lo que hacemos y cuyo bien es nuestro mayor valor.
Hoy, cuando oímos hablar de la falta de jóvenes en la Iglesia, queremos aseguraros que estamos aquí, que la juventud está aquí dándolo todo. Vamos a llevar a cabo nuestra misión tan bien como podamos. Tenemos la certeza de que, sólo trabajando juntos, inspirándonos unos a otros, escuchándonos y compartiendo nuestra fe y testimonios, podremos salir al mundo y… compartir el amor porque como nuestro santo patrón dijo: El amor es inventivo hasta el infinito.
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