Demasiados padres de familia en Rwisabi (Burundi) viven una vida de subsistencia y ni siquiera pueden pagar la matrícula y los útiles escolares de sus hijos. Como pueden imaginar, el analfabetismo sigue siendo un grave problema para estas familias. Las Hijas de la Caridad de la Escuela Infantil «Margarita Naseau» ofrecen educación, salud y esperanza a estos jóvenes desfavorecidos, al proporcionarles educación básica, apoyo nutricional y formación cristiana. Esta servicio de atención para educar y nutrir a estos pequeños con amor y apoyo ayuda a prepararlos para el éxito en la escuela primaria.
Una hermana de la comunidad local compartió:
Cuando los niños llegan el primer día de escuela, a menudo se sienten solos, asustados y aislados. Lloran, sin querer ser consolados. Sin embargo, una vez que son educados, están limpios, prosperan y son sociables. En la escuela, cada vez que un niño llega tarde, le animamos a saludar a sus compañeros para ayudarles a crecer en puntualidad y respeto por sí mismos y por los demás. Y les decimos que la clase no es como un mercado en el que se entra y se sale cuando se quiere, porque la escuela no es así.
Un estudiante estaba en casa y su madre se había ido a hacer un recado. Cuando regresó, no llamó a la puerta. Su hijo le dijo: «No debes entrar como en un mercado, sin llamar a la puerta. ¡Así no es como lo hemos de hacer!» La madre se conmovió de verdad con las palabras de su hijo y nos dijo: «No sabía que mi hijo había crecido tanto. Cuando lo llevé a la escuela, era muy tímido y asustadizo. Se lo agradezco y les animo a continuar».
Fuente: http://www.daughtersips.org/
0 comentarios