«Desde mi punto de vista», una frase que describe el ángulo desde el que miro cualquier situación, y este punto de vista marca toda la diferencia en lo que veo. Toca el significado de la fiesta que cierra el año de la Iglesia, Cristo Rey. Cuando este Rey está ejerciendo su reinado, ¿dónde está y qué ve?
«Rey» evoca la cima de una pirámide, el lugar alto por encima de ella, mirando hacia abajo a los de abajo. Reunidos están la nobleza, los privilegiados, los más ricos y los más influyentes políticamente. Los que están más abajo son los don nadie, la gente que está en los márgenes. Y desde las alturas del rey, apenas se da cuenta.
¿Cuál es la ubicación de es Rey que conocemos como Nuestro Señor Jesucristo? Está en una cruz. A partir de ahí, ¿qué es lo que probablemente verá?
Él ve el mundo desde el punto de vista de su inminente muerte. Rodeado de gente burlona y perseguidores cínicos, ruega que se les perdone en vez de condenar, «No saben lo que hacen». Están esos dos ladrones, uno de los cuales lo maldice. Pero con casi su último aliento, tienda la mano con una palabra de consuelo.
Este Rey en su cruz mira desde abajo y desde allí ve a todos los demás olvidados. Se adentra en el mundo, pero desde un ángulo distinto: el primero sea el último, y el último, el primero. En esta posición, sus ojos se fijan en los que sufren y mueren, en los incomprendidos y olvidados, en los perseguidos y abandonados; un tipo de Rey muy diferente, centrado en un mundo muy marginal.
Con Cristo Rey, celebramos este Soberano sufriente y compasivo. Como sus seguidores, mirábamos nuestro mundo a través de sus ojos y lo veíamos desde su ángulo. Las autoridades clavaron un cartel burlón justo encima de su cabeza, Jesucristo, Rey de los judíos. Los cristianos harían crecer su significado, ampliándolo y profundizándolo para acoger a todas las personas y a toda la creación, pero especialmente a los olvidados. Lo seguíamos hasta ese mismo umbral y a su lado tomábamos el mundo tal como él lo veía. Especialmente como Familia de Vicente, resonaríamos con esta perspectiva.
Hay una respuesta aún más básica a la pregunta de dónde está Dios. Está aquí en medio de nosotros: «El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros». Dios en Jesús ve a través de los ojos humanos, siente con un corazón humano, extiende la mano.
Hay un verso de un poema de Jessica Powers sobre estar de pie en una cornisa que capta esta sensación de «la ubicación de Dios».
«He subido de la oscuridad estrecha a una cornisa de luz.
Soy de Dios; no fui hecho para la noche».
Es en esa «cornisa de luz» donde estamos con este Rey, el Señor Jesús. Desde ese ángulo miramos su creación, especialmente en sus rincones más escondidos.
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