Diez Declaraciones Sorprendentes
El papa Francisco tiene un don para hacer declaraciones sorprendentes, que llaman la atención de la gente. Y a veces las dice en un documento corto que se lee en menos de 10 minutos.
- «Empecemos reconociendo que necesitamos un cambio».
- «Si esto es así, insisto, digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta”.
- «Sufrimos cierto exceso de diagnóstico”.
- «Ustedes son sembradores de cambio”.
- «Me gusta la imagen del proceso, los procesos, donde la pasión por sembrar, por regar serenamente lo que otros verán florecer, remplaza la ansiedad por ocupar todos los espacios de poder disponibles y ver resultados inmediatos».
- «La Iglesia no puede ni debe estar ajena a este proceso en el anuncio del Evangelio».
- “No esperen de este Papa una receta. Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio de la interpretación de la realidad social ni la propuesta de soluciones a problemas contemporáneos».
- «Necesitamos instaurar esta cultura del encuentro, porque ni los conceptos ni las ideas se aman. Nadie ama un concepto, nadie ama una idea; se aman las personas».
- «Tengan la certeza que tarde o temprano vamos a ver los frutos».
- «Hay que reconocer que ninguno de los graves problemas de la humanidad se puede resolver sin interacción entre los Estados y los pueblos a nivel internacional».
¿Por qué dijo esas cosas?
En sus propias palabras….
Cuando miramos el rostro de los que sufren, el rostro del campesino amenazado, del trabajador excluido, del indígena oprimido, de la familia sin techo, del migrante perseguido, del joven desocupado, del niño explotado, de la madre que perdió a su hijo en un tiroteo porque el barrio fue copado por el narcotráfico, del padre que perdió a su hija porque fue sometida a la esclavitud; cuando recordamos esos “rostros y esos nombres”, se nos estremecen las entrañas frente a tanto dolor y nos conmovemos, todos nos conmovemos…
Y continúa:
[Nos conmovemos] porque “hemos visto y oído” no la fría estadística sino las heridas de la humanidad doliente, nuestras heridas, nuestra carne. Eso es muy distinto a la teorización abstracta o la indignación elegante. Eso nos conmueve, nos mueve y buscamos al otro para movernos juntos. Esa emoción hecha acción comunitaria no se comprende únicamente con la razón: tiene un plus de sentido que sólo los pueblos entienden y que da su mística particular a los verdaderos movimientos populares.
Quedar empapado en el nudo de la vida de la gente
También dice: «Ustedes viven cada día empapados en el nudo de la tormenta humana»
…ese reconocerse en el rostro del otro, esa proximidad del día a día, con sus miserias, porque las hay, las tenemos, y sus heroísmos cotidianos, es lo que permite ejercer el mandato del amor, no a partir de ideas o conceptos sino a partir del encuentro genuino entre personas
Viéndonos a nosotros mismos en el rostro del otro
- Nos vemos en el rostro del otro?
- ¿Podemos realmente trabajar por un cambio sistémico y una cultura del encuentro si no nos vemos en el rostro del otro?
Gracias por vuestras noticias