Durante los últimos meses, se han publicado en las redes sociales muchos hashtags, relacionados con el cambio climático que han llamado mi atención. Recientemente, personas me concienciaron aún más. Tocó mi corazón un evento del 15 de junio titulado «Nosotros, la generación del cambio climático: generaciones unidas a favor de la justicia climática» e impartido por el panelista y profesor de Ciencia del Clima en la Universidad de Columbia, Kristin Hogue. Las palabras resonaron dentro de mí: los jóvenes están en duelo. Están viendo la desaparición de especies, ecosistemas, la vida en nuestra casa común. ¿Cómo podemos ayudarles en su lamento? Los jóvenes procesan lo que ven, especialmente alrededor del cambio climático, de una manera muy diferente a los adultos. Tenemos la responsabilidad de escucharlos, de atender a lo que dicen y de actuar. ¡Y colaborar con ellos! ¡Urgencia climática! ¡Crisis climática! ¿Qué estamos haciendo aquí por nuestros jóvenes? Otra panelista, Alexandria Villasenor, la hija de 14 años de Kristin, se sentó junto a su madre. Ella habló apasionadamente sobre por qué se sienta frente a las Naciones Unidas todos los viernes. ¡Quiere que los líderes políticos y nosotros, los adultos, actuemos ahora! Alexandria es fundadora de la organización sin fines de lucro EarthUprising, un canal para reunir a jóvenes de todo el mundo. La presentadora principal del evento, Lorna Gold, autora de «Nosotros, la Generación del Clima», habló (y escribió en su libro) sobre sus dos hijos pequeños que la despertaron a la REALIDAD… a lo que sus niños y todos nuestros jóvenes se enfrentarán en unos pocos años. Más de 200 personas asistieron a este evento y más de la mitad eran jóvenes. Mi corazón, mi mente y mi cuerpo se conmovieron. ¡Movido a comprometerse a colaborar con los jóvenes! Esta llamada y desafío se han fortalecido dentro de mí desde el evento y, con suerte, en todos los adultos presentes aquel día.

A la derecha: Sor Carol De Angelo, SC, junto a Lorna Gold. Nancy Lorence, coordinadora of MNYCCM, a la izquierda con estudiantes de la Academia de Mount St. Ursula

Algunos de ustedes pueden estar al tanto de la «Declaración de Cambio Climático de los Representantes de Justicia Social de la Familia Vicenciana de América del Norte», escrita hace varios años. Nos invita a responder a la crisis del cambio climático global como uno de los problemas éticos centrales de nuestro tiempo. Nos llama a evaluar nuestras opciones de estilo de vida, a aprender a discernir y celebrar la presencia de Dios en la Tierra, y a integrar esta conciencia elevada en nuestra conciencia, documentos y acciones congregacionales. No menciona escuchar a la generación más joven ni la colaboración con ellos, por lo que podríamos querer «agregar» otra acción: escuchar, acompañar, unirse a los jóvenes para responder al cambio climático. Mi oración: ¡Estemos atentos a los muchos movimientos juveniles que nos piden que nos unamos a ellos para cuidar la Tierra, cuidar a las personas, cuidar la vida! El carisma de la Caridad está vivo en nosotros. Como Familia Vicenciana, podemos alcanzar, acompañar y actuar con nuestra generación más joven.

Juntos, jóvenes y adultos, podemos buscar formas de vivir en una eco-espiritualidad que celebre la belleza y la maravilla de la naturaleza. Que nosotros, como Familia Vicenciana, seamos consumidores conscientes que viven, comen y viajan más simplemente y caminan con una huella de carbono más pequeña. Que compartamos historias y amplifiquemos las voces y preocupaciones de los jóvenes y nos lamentemos por la devastación de la Tierra, la pérdida de ecosistemas y especies y la difícil situación de las comunidades de primera línea amenazadas con mares crecientes, agua tóxica, aire y tierra. Podemos unirnos, adultos y jóvenes, y actuar en colaboración AHORA para marcar la diferencia.

Carol De Angelo,
27 de junio de 2019