En el «clima» actual, una de las preguntas que me molestan constantemente como Directora de la Oficina de Paz, Justicia e Integridad de la Creación para las Hermanas de la Caridad de Nueva York es: «Cómo tener conversaciones significativas con personas de color sobre sus experiencias de racismo y de cómo experimentan mi blancura y privilegios”? Conversaciones que conducen a la conversión —personal y social—. Todos los días saludo a personas de color: colegas, conocidos, estudiantes, cuidadores y muchos otros. Nos preguntamos mutuamente cómo estamos, cómo están las familias. Hablamos de los acontecimientos de la vida. Sin embargo, rara vez hablamos sobre la subyacente corriente de racismo que está causando que el malestar, y con frecuencia la violencia, brote en nuestros vecindarios, países y mundo, pero con mayor fuerza en nuestros corazones y almas. ¿Por qué es tan difícil tener esa conversación? ¿Es que ninguno de mis amigos cercanos es gente de color? ¿Marcaría una diferencia si tuviera un amigo cercano que fuera negro o de piel oscura? Entonces, ¿cómo podrían mis/nuestras relaciones personales provocar un cambio sistémico? Creo que el carisma de la caridad es una llamada a abordar el racismo sistémico y la pobreza.
¡El racismo sistémico existe! Mientras escribo esto, sé que la gente que lee la afirmación «el racismo sistémico existe» tendrá diversas reacciones y sentimientos. Es importante reconocer y nombrar nuestros sentimientos y suposiciones para que podamos avanzar juntos. El racismo y la pobreza es uno de los temas que los Representantes de Justicia Social de la Familia Vicenciana (un grupo del que formo parte) quieren explorar. Este grupo se reúne 10 meses al año a través de llamadas de «zoom» [programa de videoconferencias]. Decidimos que una forma inicial de explorar el racismo era aumentar nuestra conciencia. Acordamos leer la Declaración de la Unidad sobre el Racismo y la Declaración de Pobreza como un recurso. Luego, en la llamada de zoom de mayo, rezamos juntos la siguiente oración, pidiendo sabiduría y orientación a la luz de nuestro carisma vicenciano de caridad y tradición. Aunque estamos en las primeras etapas de explorar cómo crear conciencia, educar y abordar el racismo y la pobreza, como Representantes de Justicia Social de las Familias Vicentinas, les invitamos a unirse a nosotros en oración. Que la siguiente oración que usamos les ofrezca ideas y orientación en su vida diaria y en su ministerio. ¡Puede conducir a conversaciones abiertas que conduzcan a corazones y mentes abiertas y a la transformación personal y de la sociedad donde las leyes, políticas, estructuras sean justas, transparentes, incluyentes e iguales!
Por favor, lea el recurso: Declaración de Unidad sobre Racismo y Pobreza.
Oración utilizada para la llamada del 30 de mayo de 2018 de los representantes de Justicia Social de la Familia Vicenciana
I. Líder: Que escuchemos las siguientes lecturas en el contexto de nuestro carisma y espiritualidad vicenciana. Oremos por sabiduría, comprensión y valor como Representantes de Justicia Social de la Familia Vicenciana a medida que crecemos en conciencia y defensa para abordar el racismo y la pobreza.
II. Las lecturas son de la Declaración de la Unidad sobre el Racismo y la Declaración de Pobreza:
Lectura 1: Como líderes de diversas familias del cristianismo de los Estados Unidos, somos llamados por el Espíritu a trabajar juntos con una nueva urgencia contra el resurgimiento del racismo y la persistencia de la pobreza en los Estados Unidos. (Pausa breve)
Lectura 2: Vemos a nuestro alrededor un aumento de actitudes y políticas dañinas hacia las personas de color y las personas necesitadas. Esa dolorosa realidad y el impulso actual por los billones de dólares en recortes a los programas contra la pobreza nos están uniendo de una manera nueva. (Pausa breve)
Lectura 3: Si bien tenemos diferentes posiciones sobre otros asuntos, estamos unidos en el evangelio y la enseñanza bíblica sobre la pobreza y el racismo: nos sentimos invitados a hacerlo por la gracia de Dios en Jesucristo. (Pausa breve)
III. Lea en silencio y reflexione sobre las siguientes citas de San Vicente de Paúl:
- Cuando, estando haciendo tus oraciones o celebrando la eucaristía, eres llamado a servir a los pobres, no pierdes nada, ya que servir a los pobres es ir a Dios. Debes ver a Dios en los rostros de los pobres.
- Así como uno debe querer solo lo que Dios quiere que sea un santo, así también, uno debe juzgar las cosas como Dios las juzga, para ser sabios. Ahora, entonces, ¿quién sabe si sus opiniones siempre se ajustan a las de Dios? ¿Con qué frecuencia te has encontrado equivocado en tus juicios y decisiones?
- Debemos amar a nuestro prójimo como hecho a imagen de Dios y como objeto de su amor.
- La Iglesia nos enseña que la misericordia pertenece a Dios. Implorémosle que nos otorgue el espíritu de misericordia y compasión, para que estemos llenos de él y nunca lo perdamos. Solo consideren cuánto nosotros mismos necesitamos misericordia.
IV. Tiempo de compartir:
- ¿Cómo describirías la conexión entre nuestro carisma y espiritualidad vicenciana con el racismo y la pobreza?
- ¿Hay algún valor en compartir en algún momento futuro sobre cómo el racismo influye/contribuye a la pobreza?
- ¿Hay algún valor en explorar los pros y los contras de una declaración grupal sobre el racismo y la pobreza?
V. Oración final (todos): hacemos un llamamiento a todas las personas, especialmente a los cristianos, para que trabajen activamente contra el racismo y la pobreza, en su compromiso personal y local, y como defensores de políticas públicas que fomenten la equidad y la sanación raciales, la prosperidad compartida y la paz en nuestro país y en todo el mundo. El poder espiritual de un movimiento cristiano fresco, enérgico y multirracial contra el racismo y la pobreza es nuestra oración. Ayúdanos, Dios.
Nota del editor: Este es un grupo de miembros de la Familia Vicenciana que se reúnen regularmente a solicitud de los líderes de sus respectivas ramas. Sus reflexiones no representan la política de la Familia Vicenciana, pero se comparten para estimular nuestra reflexión y acción. Los comentarios son muy apreciados.
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