La máscara de oxígeno de Jesús

por | Ago 25, 2018 | Formación, John Freund, Reflexiones | 0 comentarios

La importancia de una máscara de oxígeno

Es un espectáculo que ningún pasajero aéreo quiere ver. Una máscara de oxígeno real cayendo desde arriba. Sin embargo, muchas personas ignoran las instrucciones previas al despegue. «Si viaja con un niño pequeño, y la cabina pierde oxígeno y las máscaras de aire se liberan, coloque primero la máscara sobre su propia cara y luego sobre la de los niños».

Todos conocemos la importancia del oxígeno. Realmente, no podemos sobrevivir más de unos pocos minutos sin oxígeno. No podremos ser de ninguna utilidad para nadie más en el avión si no hacemos caso de estas instrucciones. El consejo tiene sentido.

Esto hizo que me preguntara acerca de Jesús y Vicente, y todos nuestros héroes y heroínas de la Familia Vicenciana. Todos hicieron cosas increíbles. Pero necesitaban el oxígeno de una visión clara de quién los llamaba y cuál era su misión… Algo que viene con una conciencia orante. ¿Cómo reponen sus fuentes espirituales de oxígeno?

¿Cuál fue su fuente de oxígeno… especialmente durante las crisis?

Jesús y Vicente

Frecuentemente, Jesús marchaba solo a orar. Juan incluso dedica un capítulo entero a la imagen de Jesús rezando mientras afrontaba su mayor crisis. Necesitaba tener claro lo que estaba por suceder y el porqué. También oró por las personas que amaba… por ti y por mí.

También lleva a sus seguidores a un «lugar desierto», donde no se distrajesen y pudiesen concentrarse en el alimento que les quiere dar: su presencia y su palabra sobre su Padre. Él sabía que sus apóstoles eran «hacedores de la palabra». Pero Jesús les recordó que necesitan ser «oidores de la palabra» sobre el Padre y su misión.

El siempre práctico Vicente entendió muy bien este equilibrio de actividad y oración.

«Practicará la caridad mejor al preservarse a sí mismo para servir a su prójimo durante mucho tiempo que al agotarse en un corto tiempo por la salvación de unos pocos». San Vicente de Paúl

No es de extrañar que J. Patrick Murphy escriba su folleto «Mr. Vincent»:

Vincent equilibró y mezcló la oración, la reflexión y la acción en su vida y su trabajo.
Lección: es más fácil vivir una vida equilibrada si se mezclan los conceptos básicos.

Nuestra propia necesidad de oxígeno

El P. Dennis Holtschneider, CM de la Provincia Oriental, lo explicó muy bien:

No seremos buenos para los pobres si somos cínicos, si estamos quemados, frustrados, distantes de Dios y distantes de nuestro propio corazón. Debemos aprender a orar. Debemos aprender cómo dar un paso atrás y reflexionar sobre cómo nos cambia el trabajo que hacemos.

Debemos aprender cómo equilibrar su propia vida ante las necesidades infinitas de los pobres, aprender a ayudar pero alejarse para relajarse, disfrutar de la familia, descansar y divertirse.

Tu persona y tu corazón deben estar llenos de vida si deseas ser bueno para los pobres en el largo plazo. Debes ver tus propias necesidades antes de ver las necesidades de los más vulnerables a tu alrededor. ( On Vincentian Formation)

Prestando atención a los avisos previos al vuelo

  • ¿Esperamos a que haya una emergencia para buscar oxígeno?
  • ¿Cuándo y cómo repongo mi oxígeno? ¿Conociendo a Aquel que me envió?
  • ¿Cómo equilibro la tensión básica de la acción y la contemplación?
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