Los planes de Dios son perfectos. Él todo lo hace todo en el tiempo adecuado, nosotros somos los que queremos hacer todo de nuestra manera. Cuando Dios pone algo en nuestras vidas, tenemos que estar preparados para dar el SÍ. Y, a causa de esa respuesta, desde diciembre de 2015 formo parte del equipo del Secretariado Internacional de la Juventud Mariana Vicenciana (JMV), en España.
El Secretariado Internacional fue creado en 1999 con el objetivo de organizar la Primera Asamblea General Internacional de JMV, además de para animar y apoyar a JMV en los distintos países. Está formado por 4 jóvenes laicos, miembros de JMV, que se entregan a la Asociación por tres años, de manera voluntaria. Un sacerdote y una Hija de la Caridad también componen el equipo.
Ser voluntario de JMV es fruto de mucha oración. En un primer momento, cuando recibía los e-mails que buscaban voluntarios, no les daba importancia, ya que no era mi plan de vida. Los plazos fueron prorrogados y fue ahí donde Dios comenzó a tocar mi corazón. Una frase que me acompañó en este período fueron a las palabras del Papa Francisco en la JMJ Río de 2013, que sigue viva en mí: «Id, sin miedo, a servir». Rezaba y pedí oraciones para que se hiciera la voluntad de Dios, no la mía. Y aquí estoy.
No es fácil dejar familia, amigos, trabajo, proyectos de vida para entregarse a esta misión, pero no me arrepiento. He visto a Dios actuando en muchos momentos, cuidando de las personas que amo mientras estoy lejos de casa. Esto me deja tranquilo para poder dar lo mejor de mí a JMV.
Aquí, en el Secretariado Internacional soy responsable de la comunicación y la animación de los países de habla portuguesa donde está JMV. Es muy bonito ver la dimensión internacional de la Asociación al compartir con los demás voluntarios la vivencia de JMV en los diferentes países. Es enriquecedor para mí, como miembro de la Asociación, y también como experiencia de vida.
Doy gracias a Dios por todo lo que ha hecho en mi vida. Estar como voluntario de JMV es una bendición y agradezco todo lo que he vivido aquí. He crecido mucho como persona y espiritualmente, tratando de aportar mi granito de arena para que la Asociación continúe creciendo. Animo a los jóvenes que se sienten llamados a esa misión, para que no tengan miedo. ¡Atrévanse!
André Peixoto
Voluntario de Lengua Portuguesa
Secretariado Internacional de JMV
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