Cuando escribo estas líneas, quedan aún unos pocos días para Navidad; pienso en Jesús y en la Sagrada Familia, y en cómo esta familia ha cambiado el mundo. En las Escrituras Hebreas se nos recuerda la Promesa de Dios de que un día Él enviaría un Salvador para liberar a Su pueblo de la esclavitud. Siglos antes del nacimiento de Jesús, Isaías dijo: «La gente que andaba en tinieblas vio una gran luz». Jesús es esa Luz, Jesús es la Luz del Mundo. Se nos recuerda que el Verbo Eterno se encarnó en el vientre de nuestra Santísima Virgen María a través del poder del Espíritu Santo. Es Jesús quien cumplió la promesa de Dios de salvar al mundo y liberar a su pueblo de la esclavitud.

Aproximadamente dieciséis siglos después, Jesús, por obra del Espíritu Santo influyó y cambió por completo la vida de san Vicente de Paúl. El Espíritu Santo inspiró a san Vicente de Paúl a encender «UN FUEGO DE AMOR» en los corazones de sus seguidores. Este fuego todavía brilla intensamente e inspira a millones de personas en todo el mundo. Estos seguidores continúan siguiendo su ejemplo y sus pasos como miembros de la Familia Vicenciana. Como la Sagrada Familia, esta Familia Vicenciana también ha cambiado el mundo de muchas maneras. Esta familia ha servido a innumerables personas en más de 150 países. Ha difundido la Palabra de Dios al llevar la Luz de Jesús a millones de personas.

Cada día, los miembros de las más de 200 ramas diferentes de la Familia sirven a innumerables personas, mediante el trato directo, de persona a persona, con los necesitados, o mediante sus diversas instituciones. Los Vicencianos llevan el amor de Cristo a millones de personas alrededor del mundo tanto de palabra como a través del servicio personal. La Familia ha establecido escuelas y universidades, hospitales, hogares de ancianos, refugios para desamparados, orfanatos e instalaciones para niños abandonados o descuidados. Los Vicencianos también sirven en Ministerios de Prisiones para llevar tanto la Palabra de Dios como para auxiliar a las personas encarceladas. Además de la ayuda directa o el servicio a las personas, la defensa es otro aspecto importante del trabajo vicenciano. Los Vicencianos intentan ser voz para los sin voz. La promoción se lleva a cabo a diferentes niveles, tanto local, regional, nacional como internacionalmente.

A nivel internacional, los miembros de la Familia Vicenciana sirven en las Naciones Unidas. La Familia tiene presencia en las sedes de la ONU en Nueva York, Ginebra y París. Los representantes de estos grupos están registrados en las Naciones Unidas como organizaciones no gubernamentales (ONG) y trabajan juntos como un equipo en varios comités y proyectos. También colaboran con otras ONGs con intereses similares. Sirven como defensores de las personas que viven en la pobreza. A veces, las personas se refieren a las ONGs como «la Conciencia de las Naciones Unidas». Los miembros también participan en una serie de comités diversos, presentan problemas humanitarios según corresponda.

A medida que se acerca el comienzo del Año Nuevo, los miembros del equipo se están preparando para varios eventos programados en el próximo calendario 2018, y trabajando para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 (ODS).

En nombre de todos los miembros del equipo vicenciano de las Naciones Unidas, les deseo a todos una Navidad santa y saludable, y todas las bendiciones de Dios para el próximo año nuevo.

Con afecto,

Edmund Keane,
Sociedad de San Vicente de Paúl

Ed Keane es representante de la Sociedad Internacional de San Vicente de Paúl ante la ONU.