No soy un optometrista así que ciertamente no puedo hablar de nuestra vista física. Obviamente, estoy hablando acerca de la visión y la comprensión espiritual.
Pienso particularmente en Vicente. Le llevó hasta la mediana edad a empezar a ver claramente. Y pasó el resto de su vida aprendiendo a ver más claramente. Al final de su vida, vio con mucha claridad.
Viendo a Cristo
Dos cosas despertaron mi preocupación por este tema de la mayor agudeza de miras, en los últimos años.
En primer lugar, acababa de leer un artículo de reflexión titulado «If You Can’t See These People, You Can’t See Christ” [Si no puedes ver a estas personas, no puedes ver a Cristo].
Las Escrituras indican con claridad que Jesús nació en la pobreza, como una minoría oprimida. El Hijo unigénito de Dios, que estaba en el principio siendo Dios y con Dios, dando existencia a la cración por la Palabra (Juan 1), vino a la Tierra como un ser humano judío, multiétnico, pobre y marginado.
Esto debe desafiar, informar y guiar cómo el cristiano vive en la sociedad de hoy.
La forma en que vemos a los pobres, los oprimidos, los marginados, los inmigrantes y los encarcelados está directamente relacionada con cómo vemos a Cristo. Si vemos a estas personas falsamente, entonces vemos a Cristo falsamente. La forma en que tratamos a los pobres, los oprimidos, los marginados, los inmigrantes y los encarcelados está directamente relacionada con nuestra intimidad con Dios, o la falta de ella. Esta verdad nos es mostrada en Mateo 25.
El segundo pensamiento que alimentó esta reflexión vino de ser el celebrante principal en nuestra Misa comunitaria en la fiesta de San Juan Crisóstomo. Al preparar algunos pensamientos para compartir me encontré con una cita atribuida a él: «Si no puedes encontrar a Cristo en el mendigo en la puerta de la Iglesia, no lo encontrarás en el Cáliz».
Esta frase me persiguió durante los siguientes días. Empecé a pensar no en todos los mendigos que conozco, sino en todas las personas que conozco en el transcurso de un día. Se planteó la cuestión de si para mí es sólo poesía piadosa o algo que realmente veo… como creo que hizo Vicente a medida que avanzaba en edad.
La visión fortalecida de Vicente
Cuanto más crecía Vicente en sabiduría, edad y gracia, más claramente veía.
En sus últimos años, Vicente reflexionaba así:
No debería juzgar a los campesinos pobres, hombres o mujeres, por su apariencia superficial, ni por sus aparentes capacidades mentales. Y esto es difícil de hacer, ya que con mucha frecuencia apenas parecen tener la apariencia o la inteligencia de seres razonables, tan brutales y tan ofensivos son ellos. Pero, dale la vuelta a la moneda, y verás a la luz de la fe que el Hijo de Dios, cuya voluntad fue ser pobre, se nos representa por sólo estas personas. (XI, Conferencia 19)
La mayoría de los visitantes de este sitio conocen muy bien esta historia. Pero para mí hoy «dar la vuelta a la moneda» se aplica más directamente a cada persona que encuentro durante el curso de mi día. Para mí, la prueba no es con los mendigos en la puerta de la iglesia (puedo prepararme para estos encuentros), sino en mis encuentros ordinarios con cada persona.
Preguntas para la reflexión
- ¿Es más fácil para mí ver a Cristo en el mendigo que en la gente común que encuentro cada día?
- ¿Cómo puedo aprender a ver lo que Vicente vio más claramente en sus últimos años?
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