La reliquia del Corazón de San Vicente de Paúl sigue su peregrinación en Francia, esta vez al sur. Sor Marie Brigitte Baloge, Hija de la Caridad, nos hace una crónica de evento.
Por petición de las Hijas de la Caridad de Ydes (Cantal) y en colaboración con A.I.C. de Saint Flour y las Conferencias de San Vicente de Paúl de Aurillac y Ussel (Corrèze), la reliquia ha sido acogida en Auvernia del 25 al 28 de mayo de 2017. Sin duda que Luisa de Marillac, desde el cielo, se regocijó con esta visita a los lugares que guardan recuerdos de nuestra fundadora.
El día que la Iglesia celebra la Ascensión de Jesús, desde muy temprano tomamos la ruta que nos lleva de Ydes a Saint Flour, teniendo como telón de fondo un horizonte arrebolado y los apiñados montes de Cantal.
Cientos de miembros de A.I.C. de Aurillac y Arpajon nos esperaban en el atrio de la Catedral, edificio gótico hecho con roca volcánica y cuya altura de 892 metros le hace la catedral más alta de Europa. Luego de un tiempo para los saludos inició la Misa celebrada por Mons. Bruno Grua, obispo del lugar.
Numerosos fieles que guardan el recuerdo de las Hijas de la Caridad en su paso por aquel pueblo hasta los años noventa, o que aprecian el trabajo de las voluntarias A.I.C. en favor de los pobres, llegaron a celebrar la esperanza que nos abre la Ascensión y a vivir un tiempo de recogimiento ante la reliquia de San Vicente.
La emoción es palpable y se expresa en gestos simples: inclinarse, santiguarse, escribir una intención… Sí, esa ternura que San Vicente ofreció hasta el fin de sus días, especialmente a los más maltratados por la vida, la hemos sentido allí. Cada uno de los participantes pudo escribir lo que nacía en su corazón: agradecimiento, petición, necesidad, alegría…Estas intenciones serán presentadas en la oración de la tarde en la capilla de la Medalla Milagrosa. Al finalizar la Eucaristía se tuvo un espacio para compartir en el que se confirmó lo que se sentía desde antes: venerar la reliquia del corazón de san Vicente es hacer un acto de fe que nos estimula a seguir los pasos de Vicente, abriendo nuestro corazón a Jesús para que él nos transforme.
El ágape fraterno reunió a pequeños y grandes en la sala de los Jacobinos. No se dejó pasar la ocasión para festejar con un pastel de cumpleaños. Después se tuvo un tiempo de oración con el rezo del Rosario, citas de san Vicente y algunos cantos, para luego cerrar la tarde con el rezo de Vísperas.
El segundo día de la peregrinación fuimos a visitar a una persona con 102 años de edad que vive en las afueras del poblado con su hija: momento intenso para “vivir la ternura”, aquella que San Vicente ofreció sin medida a los más olvidados. Allí tuvimos un tiempo de oración por aquellos que la vejez convierte en dependientes, también oramos por los parientes que los cuidan con tanto esmero.
El tercer día dejamos Cantal para irnos a Corrèze y Ussel, a donde San Vicente envió a las primeras hermanas en 1658. Los comienzos fueron difíciles, pero ello no impidió su permanencia hasta 2012. Allí nos reunimos con las Conferencias de San Vicente, tuvimos tiempo de saludos, oración y la Misa en honor de san Vicente celebrada por el P. Vincent Damien, cura de la parroquia.
El domingo los fieles de la parroquia Santa María en Sumène Artense se congregaron en la Iglesia de Ydes. También allí se nos juntaron algunos miembros de las conferencias de Aurillac y muchos fieles vinieron de Champs, Lanobre, Saignes, Vebret, Champagnac, Antignac. Tuvimos una procesión de entrada con el estribillo “es el amor, a través de los días tu canto…” y un gran número de personas oraron ante la reliquia y ofrecieron sus intenciones.
Luego de compartir la comida en la casa San Vicente, se proyectó la película «Monsieur Vincent» de Maurice Cloche. Pierre Fresnay hace uno de sus más grandes y bellos personajes encarnándolo auténticamente con presencia, carisma y sobriedad. Nos presenta el combate de Vicente de Paúl contra la pobreza de mediados del siglo XVII. Es una película que expone con realismo las condiciones precarias de vida y salubridad en los medios populares y las consecuencias sociales de la pobreza. Pocas obras abordan esto de tan franca manera esta época de la historia de Francia.
Mientras la reliquia va a la tierra natal de San Vicente en las Landas, agradecemos por estas jornadas llenas de encuentros, compartir y oración. Ellas nos han motivado a “vivir la ternura” a través de los compromisos cotidianos.
Muchas gracias a sor Stanislawa y sor María Teresa, quienes, por su disponibilidad para hacer peregrinar el corazón de San Vicente, han facilitado estos momentos fuertes e inolvidables.
Antes de llegar al Berceau hicimos una pausa en Château l’Évêque. Con gozo celebramos la Eucaristía con las hermanas y el personal de servicio de la casa.
Autora: Sor Marie Brigitte Baloge, HC
Traductor: P. Edgar Zapata, CM, Provincia de Colombia
Fuente: http://cmglobal.org/
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