“Un cristiano en salida no es el que recorre el mundo sin rumbo y sin sentido, sabe adónde va, es una vida entregada”.
Empezamos el día alrededor de la mesa del Señor, en comunidad, junto a las Hijas de la Caridad de la casa provincial de España Sur.
Muchos de nosotros sabíamos que hoy íbamos a un sitio especial, a un lugar clave para JMV y para nuestro carisma vicenciano.
A media mañana pisamos el suelo de La Atunara, barrio marginal de La Línea para algunos y tierra sagrada para otros muchos.
En el Centro Contigo conviven dos grandes proyectos: por un lado Cerca del Hogar, que acoge a jóvenes mayores de edad fuera de la tutela de las instituciones con el fin de facilitarles la inserción laboral. Por otro lado, el proyecto Estamos Contigo, que durante el curso desarrolla un programa de apoyo escolar y prevención del absentismo, y en el verano se realiza una escuela de verano para los jóvenes del barrio.
Después de comer nos acercamos al Hogar Marillac, una casa en la que conviven enfermos de SIDA y una comunidad de Hijas de la Caridad, son ellas las que nos acogen y presentan el proyecto. El poco ratito que estuvimos allí pudimos ver a Dios en cada uno de los rincones y rostros. Dios no se olvida de ellos, vimos muestras de fraternidad, servicio y mucho amor entre residentes e Hijas de la Caridad. Conmovidos por la fraternidad del Hogar Marillac, volvemos al Centro Contigo.
Llegada la tarde, momento de compartir con los jóvenes de Cerca del Hogar, donde se unen antiguos chicos que a lo largo de los años han ido pasando por el proyecto.
Son historias duras pero que contadas al calor del Hogar que se ha creado en este centro suenan a esperanza. Como broche final, compartimos oración interreligiosa, muestra viva de que las diferencias que pareciera que nos separan, desaparecen cuando oramos al mismo Dios de la vida. De este modo, como comunidad disfrutamos de una cena marroquí que nuestros hermanos nos regalan con comidas típicas de su tierra.
Día de encuentros, de reencuentros, de esperanza y tolerancia, pero sobre todo día de Dios que nos une y habita cada rincón de esta tierra sagrada.
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