YO CREO en Dios, el Señor de la historia que es y que viene;
YO CREO en Jesucristo, el Señor de la vida, que se entregó por mí, por ti, por todos sin excepción y que me espera en el sagrario; que se entrega como alimento bajo las especies del pan y el vino; que me habla en el grito desesperado del pobre y del hambriento y que se presenta en el sufrimiento del enfermo, el prisionero y el excluido.
YO CREO en el Espíritu Santo que está presente desde la creación, que actúa y santifica la Iglesia;
YO CREO en aquella que escucho y engendró la Palabra, María Santísima;
YO CREO con todos los hombres y mujeres de ayer, que dejaron su huella en la historia:
Profetas que escucharon el clamor de un pueblo y el llamado de Dios; Apóstoles testigos del amor y la misericordia de Dios: Pablo de Tarso, Francisco de Asís, Juan XXIII, Juan Pablo II, Madre Teresa de Calcuta, Abe Pierre y todos los que no creyeron en vano.
YO CREO en nuestros fundadores:
Vicente de Paul, apóstol de la caridad, que nos enseña a amar al pobre con el esfuerzo de nuestros brazos y el sudor de nuestros rostros;
Luisa de Marillac, que acogió el amor de Dios como un tesoro del Espíritu y lo vivió en su entrega amorosa al servicio de los más pobres, entre los pobres.
YO CREO en los misioneros y misioneras que siguiendo a Cristo evangelizador de los pobres entregaron su vida como ofrenda al Padre: Margarita Naseau, Rosalia Rendu, Francisco-Régis Clet, Juana-Antida Thouret, María Magdalena Fontaine y compañeras mártires, Pedro Jorge Frassati, Justino de Jacobis, Gebra Miguel, Juan Gabriel Perboyre, Federico Ozanam, los mártires de la revolución, Lindalva Justo de Oliveira, Catalina Laboure, Marta Wiecka y muchos otros y otras, que en su pasión por Cristo y la humanidad, soñaron con un mundo mejor y murieron en la lucha por la justicia y el amor.
YO CREO en los misioneros y misioneras de hoy: que son signo de esperanza en un mundo de desesperanza; que se dejan transformar por el espíritu; que son creativos en la acción y apóstoles en la oración; que son reflejo del amor y la misericordia de Dios, para aquellos que el mundo desprecia; que encarnan la Palabra de Dios y la viven como respuesta a su bautismo; que inspirados por el Espíritu Santo son testimonio vivo de la obra de San Vicente de Paul y Luisa de Marillac.
YO CREO en el Señor, de la historia de ayer y de hoy y de mañana.
Autor: Alexander Correa, CM
Fuente: Web Corazón de Paúl.
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