Cuando fue aceptada en el altamente competitivo Ozanam Scholars Program en la Universidad de St. John’s, Kennedy Love-Green sentía que estaba respondiendo a una llamada.

“Fui atraída a St. John por Dios”, dijo Kennedy.

Los Ozanam Scholars [Estudiosos de Ozanam] examinan y buscan soluciones a los problemas de justicia social del mundo real, realizan investigaciones, completan un proyecto crucial en su último año y viajan alrededor del mundo para atender a los necesitados. Los estudiantes trabajan para fomentar el cambio durante sus carreras universitarias y más allá.

Convertirse en un ciudadano global

Decidida a hacer que la ayuda a los demás fuese la pieza central de su experiencia en la universidad de St. John, Kennedy ha viajado a servir a lugares en Puerto Rico, Ecuador, Italia e India. En el proceso, dice, se convirtió en ciudadana del mundo.

«La ciudadanía global es algo más que palabras», dijo Kennedy, especializada en televisión y cine. «Debemos trabajar juntos para hacer del mundo un lugar mejor, esa es nuestra responsabilidad global».

Kennedy viajó a Puerto Rico con una grupo de aproximadamente 20 compañeros académicos. Allí se encontró con la pobreza extrema desde el momento en que bajó del avión. El plantar jardines comunitarios, pintar murales y servir en cocinas populares, la preparó para lo que enfrentó a continuación.

En Ecuador, Kennedy encontró desafíos físicos que pusieron a prueba su resistencia. «Romper una cancha de baloncesto con mazos en una comunidad Shuar, cerca de la ciudad de Limón, para que se pudiese construir el ayuntamiento, fue un trabajo increíblemente duro», dijo.

«En Italia», añadió Kennedy, «las mujeres a las que ayudamos a practicar el idioma inglés querían saber tanto de mí como yo sobre ellas. Me di cuenta de que tenemos mucho más en común que lo que nos separa. Es el lugar donde realmente comencé a entender lo verdaderamente conectado que está el mundo».

Una Prueba Mental

Kennedy dijo que el «desafío psicológico» de la India fue su mayor obstáculo. Viajando con ocho compañeros académicos, experimentó el fanatismo por primera vez en su vida. «Cuando la discriminación mostró su fea cabeza —señaló— tuve que tomar una decisión».

En la India, los anuncios de moda favorecen a las mujeres de piel clara o a las blancas, y la loción para aclarar la piel se exhibe de manera prominente en los estantes de las tiendas. Ese sesgo se volvió dolorosamente claro para Kennedy, que es afroamericana, en un restaurante local donde los camareros servían a otros clientes antes que ella. «Fue entonces cuando me sentí en el ostracismo», dijo.

En lugar de dejar que la ira la dominase, Kennedy decidió concentrarse en lo bueno que encontró durante el viaje. «Si me hubiese concentrado en lo negativo —dijo— no habría sido capaz de entender las razones por las que me trataron así. Me concentré en los ideales que hacen que las personas hagan las cosas que hacen, consciente o inconscientemente, y decidí enfocar las ideologías que resultaron en mi experiencia negativa, no a la persona que cometió la acción. Fui recompensada por las hermosas sonrisas de los niños locales y su amor unos por otros».

«Lo que aprendí de mis experiencias —concluyó Kennedy— es que la ciudadanía global significa amor».

Fuente: Universidad de St. John