Dia Vicentino de ayuno y oración/reflexión
Martes 22 de noviembre de 2016
Una dimensión de amor — Vicentinos, justicia y caridad — ¿Escuchamos? — Vicentinos dando lo mejor de si
Una dimensión de amor —Hay un pasaje en la primera carta del apóstol San Juan que nos da un lindo entendimiento del amor — y la misericordia es una dimensión del amor: “En éste, el amor de Dios se manifiesta entre nosotros, Dios nos envía su único Hijo para que podamos vivir a través de Él. En éste, es el amor, no el de nosotros hacia Dios; sino el Suyo hacia nosotros que le hizo enviar Su único Hijo para expiar nuestros pecados”. (San Juan 1 4:9-10). Esto viene de un librito llamado Misericordia, por Ralph Martin. Nuestro año de la misericordia se terminará pronto. Este año empezó el 8 de diciembre de 2015, día de la Inmaculada Concepción. Ta el Papa Francisco como San Juan Pablo II usaron los Efesios (2:1-10). Este pasaje fue usado para introducir escritos importantes sobre la misericordia. El año jubilar de la misericordia se acabará, pero nosotros debemos quedarnos con la misericordia y usar todo lo que hemos aprendido para servir con amor y misericordia a todos los que han sido puestos a nuestro cuidado. Busque el rostro de Jesús en todos los que servimos, en nuestros Vicentinos, parroquia y familias. Hemos servido bien con amor y misericordia y debemos seguirlo haciendo. Lea frecuentemente las Escrituras. Son un verdadero regalo.
Vicentinos, justicia y caridad — Debemos darles respuestas reales a todos lo que Jesús ha puesto ante nosotros. Alégrese en el Señor siempre. Benditos sean los que se sienten miserables y acabados, siempre y cuando no se queden en la miseria no se sientan así todo el tiempo. Debemos rezar cuando nos sentimos abrumados. Nuestras almas están esperando por la paz de Cristo. Él nos llama a Su lado porque Él siempre está al lado nuestro. Benditos sean los hambrientos y sedientos de justicia. Ellos serán satisfechos. ¿Hay justicia allá? La misericordia va más allá de la justicia, pero no se puede hacer una sin la otra. Jesús vivió cada bienaventuranza para mostrarnos el camino. La justicia debe estar con cada uno de nosotros. Debemos estar conscientes los unos de los otros y compartir esto con nuestros amigos más necesitados. No tenemos que predicar; sino que guiar. Debemos estar constantemente buscando la forma de mostrar justica social. No tenga miedo de pedir ayuda para encontrar una solución. Debemos juzgar con valores cristianos. No podemos pensar que ya no existen. Debemos ver a Jesús en ellos y traer justica y caridad para resolver sus necesidades y brindarles el servicio que necesitan.
¿Escuchamos? — Escuchar es la raíz de la justicia. Trate de escuchar siempre con sus ojos y su corazón. Viva el sermón del monte cada día. Ponga su corazón a escuchar. Analice lo que escucha con su corazón y póngalo en las manos de Dios. Las bienaventuranzas son la llave al reino de Dios. Regresamos de la visita y reflexionamos en un lugar tranquilo. Tener una esquina para la oración le traerá el mensaje de Dios. Escuche en su lugar tranquilo el mensaje que Él les está dando. Cristo dice: “ Puedes creer en mí de la misma forma que yo creo en ti?”. Bendito seas tú que está hambriento ahorita, porque serás satisfecho. Bendito seas tú que lloras ahora, porque luego reirás. Bendito seas cuando la gente te odia, y cuando te excluyen y te insulta y te llaman demonio por culpa del Hijo del Hombre. Alégrate ese día y brinca de alegría, porque grande será tu recompensa en el cielo. Los padres de los profetas los trataron así también. (San Lucas 6:22). Todos nosotros estamos benditos porque estamos con el Dios viviente. No tenemos que probarle nada a nadie, estamos benditos. Nos han puesto a parte para servir y Dios esa siempre con nosotros.
Vicentinos dando lo mejor de sí — Tenemos que redescubrir nuestras bondades. No arrogantemente. Servimos a Dios y Él es el héroe cuando salvamos a alguien. Somos sirvientes y todo lo que necesitamos en la ayuda de Dios. Nosotros hacemos nuestro trabajo para que cuando Él venga pueda decir: “¡Bien hecho, ferviente servidor!”. Nos darán las gracias, pero lo más importante es la palabra de Dios. Nosotros, en Canadá, acabamos de celebrar los 170 años en nuestra diócesis. Todos los Vicentinos vinimos a la misa y tuvimos torta y compañerismo. Fu como una gran fiesta familiar, viendo a gente que uno no ve normalmente. Mirando alrededor y escuchando las conversaciones de los Vicentinos lo hace a uno sentirse realmente bendecido. Todos nosotros tenemos diferentes ideas y por eso que los retiros y reuniones nos ayudan a crecer. Disfrutamos de la aceptación y de la reunión para renovarnos y compartir. Así es como damos lo mejor de nosotros. La gente pude creer que estamos locos. Somos Vicentinos y damos lo mejor de nosotros. No estamos solos y cuando solo vemos tinieblas, Dios nos muestra la luz. No se sienta culpable cuando no puede servir. La culpa es el regalos que nos empuja a seguir sirviendo. Entrégueselo a nuestro Maestro. No fallará. Somos Vicentino y tenemos el mejor jefe de todos. Amamos nuestro trabajo y nuestras reuniones. Sigan haciéndolo lo mejor que pueda. Ya hemos estado aquí en Canadá por 170 años.
Bendiciones,
Lynn.
0 comentarios