Salvador misericordioso • Día de Oración y Ayuno Vicentino

por | Nov 15, 2016 | Reflexiones | 0 comentarios

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Dia Vicentino de oración, ayuno y reflexión — 15 de noviembre de 2016

Salvador misericordioso — Alcanzando — Camino al cielo — Señor, dame el coraje

Salvador misericordioso — Vicentinos, conozcan el maravilloso Salvador misericordioso. Precioso Redentor y amigo, ¿Quién creería que un cordero podría rescatar las almas de todos los que Te necesitan? Vicentinos, vean el Espíritu y abracen a los pobres con misericordia, amor y alegría. Usted os ofrece esperanza a nosotros y a los que servimos en nombre de Jesús cuando nuestros corazones desesperanzados han perdido el camino. Vicentinos, visiten en parejas para llevar curación y gracia con misericordia y alegría siempre a todos los necesitados. Vemos a Jesús en ellos, lo alabamos y los adoramos. Perdemos el camino desesperanzadamente y nos volvemos a Ti pidiendo ayuda. Te pedimos, Señor, que te quedes con nosotros. Tú eres a quien adoramos y alabamos para dar la gracia sanadora, estate con nosotros mientras contestamos a Tu llamado para siempre servir a los hambrientos, sin hogar, desempleados, para que no tengan que pedir en las calles. Servimos a los presos que necesitan ser sanados y les tendemos una mano, aunque no solo una. La justicia y la caridad son una. Debemos dar ambas. Quédate con nosotros y ayúdanos a cumplir Tu voluntad. Tú eres nuestro líder constante. Debemos rezar siempre por nuestra familia Vicentina y por todos los que servimos. Ore antes, durante y después de su visita. Ellos sentirán su calidez y la guiatura de Dios. Los Vicentinos somos valiosos.

Alcanzando – Los Vicentinos alcanzamos a nuestros amigos necesitados. Cada persona que servimos vale la pena. Espíritu Santo, inclina mi corazón para que yo pueda escuchar de una nueva y fresca manera las palabras que Dios me quiere decir. Ayúdame a ver la belleza del Señor en cada persona que estoy llamado a servir. Los Vicentinos estamos llamados como un regalo de Dios Espíritu Santo y Jesús. Estanos llamados a cuidar de las ovejas y llegar a todas ellas. Lo hacemos con amor, justicia y alegría. Cada persona que alcanzamos es Jesús y recordamos las imágenes de manos alcanzando a todos los necesitados. No hay prejuicios. Los alanzamos para estar con ellos y escuchar sus necesidades. Buscamos sus corazones. ¿Cuál es su mayor necesidad? Cuando los escuchamos y los miramos al corazón, sabemos que Dios está con nosotros escuchando también. El tiene la respuesta que usted necesita. A veces necesitamos llegarle a la comunidad, a los programas del gobierno, y a ayudarlos a obtener servicios de guardería y otros programas. Un programa en Canadá es el de una en de ahorros para estudios. Hemos ayudados a muchos niños a usar este programa. Pregúntele a otros Vicentinos que hayan estado aquí desde hace tiempo y nunca tenga miedo de alcanzar a los pobres. ¡Dios está siempre con nosotros! Estoy segura de que muchos de ustedes ya conocen esta historia: Un Vicentinos alcanza a un anciano y decide pasar un buen tiempo con él. Otro Vicentino lleva comida al ahogar y al abrir la alacena se da cuenta de que ya tenían mucha comida. Se sienta y habla. Le pregunta al hombre por qué nos llamó si ya tiene comida. Él responde: “Estoy muy solo y me gustan sus visitas”. Siguieron visitándolo pero en otro sentido. Así que le buscaron cupo en un ancianato y solo le llevaban comida cuando era necesario. Nuestro Vicentino murió poco después de esto, pero unos días antes de morir recibió un reconocimiento por su servicio. Esta es solo una de tantas historias. Les pido, queridos Vicentinos, que alcancen a los pobres y nunca tengan miedo. Dios viene con nosotros.

Camino al cielo — Si lágrimas y tristeza pudieran construir un camino al cielo, muchos ya los estuvieran intentando. Es solo una parte del camino. Los Vicentinos pierden lágrimas; sin embargo su camino es oración y servicio. Jesús dice “Yo soy el camino, la verdad y la vida, solo un camino lleva al cielo”. Los Vicentinos saben que la ayuda les viene del Señor y creador del cielo y la tierra. “Los cielos declaran la gloria de Dios. Los cielos son el trabajo de Sus manos” (Salmo 19:1). Con Dios de mi lado no hay nada que temer. Los Vicentinos trabajamos duro y estamos llamados a cuidar las ovejas. Así es como vemos a Jesús no solo en los pobres, sino en la familia Vicentina y en nuestras amistades. Yo pienso que el verdadero camino es reconocer a los demás y orar por los enfermos, y los Vicentinos hacemos esto y más. Entregamos sin recibir pago y sabemos que somos los mensajeros, pero todos los cumplidos y alabanzas perteneces a la Santísima Trinidad. Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen todas las alabanzas y la gloria. Los Vicentinos somos sirvientes de Dios haciendo lo que sea necesario. Somos discípulos de Jesús llamados a cuidar el rebaño con Su amor y dirección. El Espíritu Santo viene con nosotros y nos dirige hacia los planes de Dios para los más necesitados. La Santísima Trinidad está con nosotros en nuestro camino al cielo. El camino al cielo no es rezar para morir, sino vivir a Su sombra, con misericordia hacia los pobres. Querido Vicentino, rece y ayune todos los días. Ayune malos hábitos, chismes, críticas y todas las cosas que lo alejen de su vocación.

Señor, dame el coraje — Dios, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el coraje para cambiar las que si puedo, y la sabiduría para conocer la diferencia. Errar es de humanos, tropezarse es normal, reírse de eso es madurez. Los Vicentinos somos amigos del Señor  y cumplimos Su voluntad. El evangelio de Juan nos dice que hemos sido escogidos y que haremos lo que el Maestro quiera. Nuestro coraje viene la oración y conversaciones con Dios. Váyase a un lugar tranquilo y hable con nuestro Señor. Cuando termine, mírese en un espejo y admire la creación de Dios. ¿Ve a Jesús en el espejo? Rece siempre por coraje. Debemos cambiar la forma de ver y hablarle a los más necesitados. Debemos sobre todos, perder los prejuicios. Yo le pido a Dios que me dé el coraje de no abandonar aunque me parezca que no hay esperanzas. Los Vicentinos nunca dejan a nadie sin que se sienta más feliz y mejor, especialmente usted. Crea en que usted mismo como Vicentino tendrá el coraje de servir. También es la oportunidad de considerar ser elegido para una posición más alta dentro de la sociedad. Toma mucho de su tiempo. No olvide seguir adelante con coraje. Si su área está buscando nuevo presidente, rece por eso y sienta el coraje que recibirá. En estos momentos el concejo regional del oeste está aceptando nominaciones. Necesitamos nombres, así que avise si conoce a algún Vicentino. Si usted está en mi área, siéntase libre de escribirme un email con su nominación. Todos debemos rezar por la elección del presidente. Señor, danos el coraje para ser lideres y hacerle bien en la Sociedad. ¿Siente el coraje? Señor, danos e coraje.

Bendiciones,
Lynn.

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