Las instituciones y organizaciones tienen todas un carácter propio. Algunos lo llaman una «cultura».
Entre los muchos factores que pueden transformar las instituciones (o mantenerlas fieles a sus valores centrales) está la presencia de lo que Jon Katzenbach, Carolin Oelschlegel, y James Thomas llaman los «líderes informales auténticos.»
Los constructores de orgullo son maestros motivadores de otras personas, y catalizadores de mejoras a su alrededor. Se les encuentra a menudo en el papel de gerente de línea, entienden las motivaciones de las personas con quienes trabajan. Saben cómo fomentar el sentido de la excelencia entre los otros. Se les puede encontrar a todos los niveles de una jerarquía; algunos de los constructores de orgullo más eficaces están cerca de la primera línea, en donde pueden interactuar directamente tanto con clientes como con empleados. Los constructores de orgullo a menudo tienen fuertes puntos de vista sobre la cultura y sobre qué comportamientos probablemente conduzcan a mejoras.
Los modelos a seguir. Aportan comportamientos vitales o habilidades para la vida, y otros les prestan atención. Son muy respetados y son influyencias efectivas entre pares en los grupos de gestión de nivel medio y superior.
Los trabajadores en red son como centros de comunicación personal dentro de la organización. Conocen a muchas personas, y se comunican libre y abiertamente con ellas. Sirven de enlace entre personas que, de lo contrario, podrían no compartir información o ideas. Si deseas que una idea se desarrolle de forma viral a través de una empresa, recluta a trabajadores en red.
Los primeros adoptantes con entusiasmo se adhieren a y experimentar con las nuevas tecnologías, procesos y métodos de trabajo. Involúcrales en tus programas piloto de rendimiento, o cuando estés tratando de demostrar el impacto con rapidez.
Son los Modelos a seguir los que me conciernen hoy. En la Universidad de Niagara, se ha tomado el compromiso de promover «modelos» del carisma vicenciano, y luego insertarlos en todo tipo de carreras y campos. Los llamados «Estudios Vicencianos Secundarios sobre la pobreza», son modelo de cómo generar líderes auténticos, a la vez que se profundizaen la «cultura organizacional» común de la institución. Vale la pena leer sobre esto.
Así pues: ¿estamos formando «modelos a seguir» en nuestros grupos de la Familia Vicenciana? ¿Damos oportunidad a las personas para investigar, para crecer, para «llegar a ser»? ¿Estamos comprometidos con la formación a un alto nivel de calidad?
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