Mira la imagen que hay a continuación. ¿Puedes adivinar lo que se oculta en ella?
Dicen que solo un 10% de los que ven esta imagen son capaces de ver lo que está oculto en ella. Así que, si no logras verlo, tampoco te preocupes demasiado…
El beato Federico Ozanam, ¡con tan solo 23 años de edad!, escribió:
«A los pobres los vemos con los ojos de la carne, están ahí, y podemos meter el dedo y la mano en sus llagas, y las huellas de la corona de espinas son visibles en sus frentes; aquí ya no cabe incredulidad, y deberíamos caer a sus pies y decirles con el Apóstol: “Tu es Dominus et Deus meus”: vosotros sois nuestros amos y nosotros seremos vuestros servidores, vosotros sois para nosotros las imágenes sagradas de ese Dios al que no vemos, y, no sabiendo amarle de otro modo, lo amaremos en vuestras personas.»
Carta a Louis Janmot, 13 de noviembre de 1836.
Los que seguimos a Jesucristo desde el carisma que heredamos de san Vicente de Paúl, santa Luisa de Marillac, el beato Federico Ozanam y tantos otros que nos precedieron, hemos aprendido a ver más allá de lo aparente, para descubrir la verdad que, tantas veces, se oculta detrás:
- En los pobres vemos a Jesucristo.
- En la injusticia, una oportunidad de construir el Reino de Dios.
- En las situaciones complejas que viven miles de millones de empobrecidos del mundo, actuamos para que, mediante un cambio sistémico, creemos entre todos un mundo más justo y solidario.
- En la iglesia —como dijo el Papa Francisco— «un hospital de campaña tras una batalla».
- …
¿Que es lo que «ves» cuando «miras» a tu alrededor? ¿Qué realidades ocultan un rostro distinto, que necesita ver la luz? ¿Qué hacemos nosotros, los vicencianos, para que este cambio se produzca?
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